El previsible estado estacionario
Martes, 16 de abril de 2013
Circula por Internet un excelente artículo titulado “Especulaciones sobre el estado estacionario” escrito por el profesor Gopal Balakrishnan del departamento de Historia de la Consciencia de la universidad de California en Santa Cruz. A nuestro modo de ver el artículo es una buena descripción de las causas profundas de la crisis económica que hoy vive occidente y que presenta todas las características de agotamiento de sistema. Pensamos que esta no es una crisis capitalista más debido a desajustes de producción y demanda, más bien se trata de la conclusión lógica de un sistema en donde desde hace más de treinta años el capital presenta rendimientos decrecientes, cosa que se evidencia en que su creación y incorporación al sistema económico cada vez se traduce en menos rendimientos, llegándose a la situación pre-crisis donde por cada 100 puntos de intento de incremento de capital en forma de créditos solo se obtiene una cuarta o quinta parte en crecimiento económico, cosa que ha conducido a la absurda situación de hoy día donde ante incrementos desmesurados de capital que equivalen al 30% del PIB anual el crecimiento real de la economía es casi cero o se entra en recesión.
Durante los últimos treinta años el mundo del capital ha visto como progresivamente su rendimiento es cada vez menor, por lo que ha hecho lo imposible por conservar algo de esa rentabilidad, primero moviendo la producción hacia países con bajos salarios, luego tratando de generar dinero utilizando dinero e inflando todo tipo de burbujas hasta llegar a la actual situación de atonía y quiebra donde inyecciones masivas de capital no consiguen animar al aparato económico y al empleo. La insolvencia generalizada que hoy presenta el sistema financiero no es la causa, es la consecuencia de la natural evolución del sistema de producción-consumo puesto en marcha al finalizar la segunda guerra mundial, atizado por algún shock externo tal como la crisis petrolera de comienzo de los años setenta así como por un profundo cambio tecnológico (automatización industrial) que ha desplazado a la mano de obra hacia sectores donde es difícil seguir aumentando dicha productividad. Ante estos cambios el sistema no ha sido reconducido debido a la plétora de intereses creados alrededor del actual modo de producción. La caída del sistema soviético al haber eliminado la amenaza de implantación de un sistema alternativo al capitalista ha permitido a las élites occidentales el cargar todo el peso del agotamiento sistémico sobre las clases medias en un intento desesperado de seguir adelante con el sistema intacto.
Examinemos ahora como cada uno de estos aspectos ha contribuido a conformar esta tormenta perfecta.
Rentabilidad del capital:
Ya lo decían Marx, Adam Smith y otros grandes nombres dentro del mundo del pensamiento económico. Cualquier actividad económica está sujeta a rendimientos decrecientes a medida que producción y competencia aumentan desembocando en un panorama de sobreproducción y dificultad de obtener algún beneficio debido a la presión a la baja en los precios. Hoy día es evidente el nivel de sobreproducción alcanzad, donde para la mayoría de las industrias es realmente difícil colocar sus productos en los mercados donde el nivel de competencia y por lo tanto la dificultad comercial ha venido aumentando. Por ejemplo en la industria automovilística al día de hoy los costes comerciales son superiores a los de la mano de obra directa por unidad producida.
Cambio Tecnológico:
La introducción masiva de la automatización industrial ha provocado un aumento imparable de la productividad. Hace treinta años una acerería empleaba 10.000 personas y producía un millón de toneladas al año, hoy lo hace con 200. Esto aumenta de forma notable la oferta de productos industriales a la vez que desplaza mano de obra, lo que contribuye a agravar el problema descrito anteriormente.
Economía de servicios:
Hace algún tiempo publicamos un artículo que explicaba el fenómeno. Básicamente las personas desplazadas del sector industrial se han incorporado al de servicios. Los incrementos de productividad que la inversión de capitales produce en el sector industrial son altos y tangibles cosa que no sucede en el sector servicios, lo que contribuye a disminuir la rentabilidad de dicho capital…y por ende el nivel de vida. Las economías occidentales han llegado a estar compuestas en un 70% por los servicios, sector donde es muy difícil aumentar la productividad y seguir por esta senda de crecimiento.
Shock Petrolero:
Durante toda la década de los años 70 del siglo pasado el precio del petróleo subió de forma desmesurada. Contabilizado en dólares del 2010 el precio promedio del barril de petróleo en 1970 era de unos 15 dólares, a finales de la década se encontraba en 75 producto de una larga cadena de guerras y despropósitos en oriente medio. Esto contribuye de forma decisiva al fenómeno de reducción de la rentabilidad del capital, se junta la sobreproducción y dificultad de vender con energía cara.
China:
Los actores económicos interpretan que el problema que tienen es de costes y no de sobreproducción por lo que comienzan a tomar medidas al respecto. Este es el sentido de producir en Asia que no hace más que trasladar puestos de trabajo a esa zona agravando aun más el problema de la sobreproducción en occidente al deprimir la demanda y lanzar cada vez más empleados al sector servicios.
Liberalización Financiera:
Ya que el capital cada vez le es más difícil conseguir rentabilidad financiando a la industria, convence a los políticos para que cambien las reglas y puedan dedicarse a tratar de conseguir rentabilidad dentro del mismo capital, es decir: hacer dinero con dinero, lo que en el largo plazo es imposible ya que la especulación financiera es un juego de suma cero: lo que unos ganan los otros lo pierden pero todos deben devolver sus créditos. Independientemente de quien gane siempre estará la otra mitad que no podrá devolver sus créditos por lo que el sistema invariablemente quebrará.
Caída de la Unión Soviética:
La existencia de este bloque económico era una amenaza constante al sistema capitalista occidental en cuanto a sistema alternativo independientemente de sus bondades o maldades. Un sistema alternativo siempre es una amenaza ya que implica cambio de élites sin importar si las que vienen sean peores o mejores. La desaparición de este bloque permite a los gestores del sistema occidental cargar todo el peso del agotamiento sistémico en las clases medias con la esperanza de salvar lo insalvable.
A lo largo de los últimos treinta-cuarenta años, cada uno de estos aspectos ha contribuido a empeorar la situación. Individualmente constituyen un alivio pasajero, pero en conjunto cada uno de ellos ha sido un clavo más en la tapa del ataúd del sistema. Ante un exceso de producción y sobreoferta se opta por reducir costes, salarios y aumentar aún más la productividad agravando el mismo problema que se intenta resolver ya que el resultado de esto es más producción y menos capacidad adquisitiva. Ante la consiguiente falta de rentabilidad del capital se opta por una orgía donde el capital pretende ganar dinero exclusivamente en base al capital sin que intervenga ninguna actividad productiva, cosa que la historia demuestra sin lugar a dudas que siempre se acaba en el mismo lugar: la quiebra generalizada. Ante la caída del sistema soviético y la disolución de la amenaza de un sistema alternativo se opta por sacrificar a las personas tratando de salvar a un sistema agotado y llegándose a la absurda situación actual donde astronómicos recursos son utilizados en proteger unas instituciones financieras quebradas en lugar de a la población erigiéndose el sistema en un fin en sí mismo autodevorándose.
Tradicionalmente el sistema occidental de producción se ha basado en las siguientes premisas:
1.- Toda la producción es colocada en los mercados.
2.- Escenario de pleno empleo
3.- El capital y las empresas son rentables.
4.- Al sistema financiero se le permite crear dinero y cobrar intereses por ello.
5.- Los estados extraen sus recursos financieros del sistema.
Ninguna de esas premisas es hoy sostenible en vista de la saturación generalizada de mercados, la falta de nuevas áreas de crecimiento, el cambio tecnológico y la escasez y carestía de los recursos naturales. Ante el fallo en cadena de todos y cada una se intenta cargar el peso del ajuste sobre la segunda (la más débil) debido a que el sistema nunca estuvo al servicio del hombre y una vez lograda la plenitud material, que era el objetivo del modo capitalista de producción, dicho sistema y su estructura jerárquica intenta sobrevivir de forma inalterada debido a los intereses que el mismo a lo largo de su exitosa historia ha creado, impidiendo cualquier forma racional de cambio exactamente en el mismo sentido en que los dirigentes del partido comunista soviético intentaron sobrevivir falsificando estadísticas, utilizando la propaganda, no permitiendo la apertura política y reprimiendo a la población con el único objetivo de mantener sus privilegios ante un sistema en estado terminal.
Ahora el agotamiento de las huidas hacia adelante y de los paños calientes asoman por el horizonte para dar paso a un cambio desordenado que tiene muchas probabilidades de conducir al mundo occidental a un nuevo equilibrio bastante parecido al de cualquier país subdesarrollado y así en medio de la riqueza material nunca vista la mayoría de las personas se verán abocadas a un bajo nivel de vida.
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