El D-VHS era un buen invento sobre el papel. Es decir, en lugar de meter una señal analógica, pues metemos un mpeg2 que según las calidades y la velocidad de la cinta irá a mayor o menor bitrate. ¿Se veía bien? SÍ, comparado con un VHS. Pero por aquel entonces el DVD, aunque caro, YA estaba ahí.
Y digo que sobre el papel iba bien porque la lectura hacía que a veces un plano tuviese una calidad correcta y al volver a reproducirlo, este estuviera más borroso de lo normal. Como si un sistema de corrección de errores hubiese entrado en juego para evitar macrobloques provocados por un error de lectura. Eso con una cinta impoluta. En el momento en que empezabas a batallar con el magnetoscopio la cosa no aguantaba.
Tenía también un modo muy curioso que convertía una cinta de 4 horas en una de 21 horas en SD haciendo que la cinta girase más despacio y bajando algo el bitrate. La calidad no era tan mala como uno se pudiera imaginar. Para mí, se seguía viendo mejor que un VHS o incluso que un S-VHS, pero ocurría que la cinta tendía a quedarse pegada al cabezal, provocando la rotura de la misma. Probamos con diferentes ambientes, con menor temperatura, reduciendo la humedad y seguía pasando. Se cambió la unidad por otra y lo mismo.
También ocurría lo mismo que con un VHS de toda la vida. Por lo que sea una cinta encajaba mal y la parte superior de la misma acababa mordida. Esto en un VHS Hi-Fi suponía la pérdida de la pista Hi-Fi Stereo, con lo que conmutaba a la horrorosa pista normal, pero al menos podías seguir viendo la película. Aquí eso suponía como podréis imaginar un desastre mayor.
Los sistemas basados en cinta tienen estas cosas. Quien haya lidiado con DV o HDV sabrá que lo digital en un soporte magnético no está exento de problemas. Incluso los más profesionales como el Betacam SP, el SX o incluso el Digital tenían sus inconfundibles defectos provocados por cada factor derivado del uso de cintas.
Como alguien que ha vivido todo esto no me parece muy correcto mitificar estos formatos que si bien podrían tener ventajas en su tiempo, gracias a dios que los hemos podido dejar atrás en pro de tecnologías más prácticas, fiables y de mayor calidad.