Respuesta: LO IMPOSIBLE, lo nuevo de Bayona (El Orfanato)
Más que mala, es torpísima. Ya desde los letreritos machacándonos con la "verdadera historia" en lugar de dejar que la empatía se cree con los personajes, y la primera secuencia con ese diálogo tan cutre entre Watts y McGregor. Lo que sigue hasta el tsunami está bien para sus propósitos, pim, pam, qué bonitas estas Navidades en familia, hasta que...zasca, otro diálogo brillantemente dirigido por Bayona (El padre, preocupadísimo, escucha a la madre ofrecerse para volver a trabajar en caso de que él pierda su puesto, y él sale con "Bueno, deberíamos pensarlo, pero ahora voy a jugar con los chicos, así que..."
).
Y llega el tsunami, y en una arriesgada decisión que se revelará como un desperdicio, Bayona y Sánchez se guardan el momento más impactante para un clímax final: el de la ola arrastrando a María bajo el agua. Digo que es un desperdicio porque queda cutre cortar al momento en que ella ya ha salido a la superficie, pero es que cuando más tarde por fin se nos cuenta lo que pasó entre medias, se queda como una especie de sueño compartido entre madre e hijo de lo más increíble, perdiendo toda la fuerza que podía haber ganado por reservarlo.
Pero vamos, eso no es para nada lo peor de la famosa secuencia. Lo peor son las frasecitas que se les ocurre meter en medio de la acción, como el niño luchando por ponerse a salvo junto a su madre y al que solo se le ocurre decir "¡Quiero volver a casa!", "No vuelvas a hacerme eso", "No puedo verte así". Son cosas que sobran o es mejor decirlas sin palabras. También choca bastante el plan de Bayona para rodarla o el remiendo del montaje, con planos aéreos inútiles, cortando la inmersión creada por la cámara al ras y el sonido cercano en favor de una espectacularidad que no lleva a ningún sitio (más masa de agua corriendo, y punto). Todo esto lo entendió Eastwood mucho mejor. En cualquier caso, con este enfoque normalmente se logra cohesionar el montaje con música, pero aquí, como en otras partes de la película en lo concerniente al apoyo de Fernando Velázquez, les sale el riesgo por la culata. Porque, ¿qué sentido tiene poner música de terror a una escena de vómitos de sangre contagiosos? Uno piensa que al final de esa alga que se saca Naomi Watts de la garganta va a aparecer agarrado un bicho de Prometheus.
Luego está el tema de la sensiblería, algo comprensible dado que a la película no le puede quedar otra baza con esos personajes, con esa fijación por pegarse a la historia real (al parecer). "Mire a ese niño. Yo soy todo lo que tiene en el mundo" / "Ahora puedo descansar". Frases cutres, por tontas o por manipuladoras, escenas con el punto bien cogido en algunas cosas (la llamada de McGregor) pero lamentables en lo demás (la segunda llamada, el inicio de la escena a lo Alcohólicos Anónimos), o un doble clímax con un reencuentro a medio gas tras un estirado suspense y con una operación que se vive con la única inquietud de cuándo saldrán de allí de una vez. Y salen rumbo a una ciudad mejor, a un hospital mejor, en avión privado cortesía de Zurich donde bien cabrían una docena de enfermos más. Y si es porque realmente sucedió así y no había forma de llevarlos por otras cuestiones, al menos acordaos de ello y señaladlo, porque quedáis como auténticos cabrones y ya nos importa una mierda vuestra historia.
Pero la película también tiene cosas muy buenas como los efectos especiales, el diseño de producción, el maquillaje, los actores. En dirección solo se me ocurre el viaje de María siendo arrastrada por un nativo a través del paisaje desolado, contado en miradas, que no está mal a pesar del interrogante espacial. También destaco el atrevimiento de no escatimar en heridas, y las ganas sinceras de hacer una película emotiva sobre el dolor de aquella familia que logró sobrevivir, y que se dejan ver en alguna escena.
Podemos hacer películas americanas, Level Up.
Ah, no, qué coño. Ágora estaba mucho mejor.