Yo era un fan de los pitufos. De los de verdad, es decir, del comic.
Los dibujos fueron desde el principio una memez que se cargaba las ironías maliciosas e incluso referencias políticas/sociales y exageraba los aspectos melosos y tontamente infantiloides. Cualquier otra cosa que se haga de esto partirá de los pitufos de Hanna-Barbera antes que de los de Peyo, definitivamente enterrados, distorsionados e infamados (incluso en vuestras opiniones ya se ve que es lo que la gente espera), es decir, pura simpleza vende-muñecos para niños de pecho; algo como la peli de Garfield, pero aún peor. CACA CACA y CACA.