Gabriel Dimas
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Hace unos meses abrí un hilo sobre la mala situación de las salas cinematográficas en nuestro país, apoyado por un pequeño reportaje que había elaborado el programa "Días de Cine" de TVE. Se habló largo y tendido en dicho hilo sobre las distintas teorías y argumentos acerca del contundente descenso de espectadores a lo largo de los últimos años.
Pues bien, hoy he estado leyendo un artículo sobre los videoclubs, esos lugares que todos recordamos con nostalgia, ya fuese el videoclub de nuestro barrio o uno mas grande. Aún recuerdo cuando era un chavalín y mis comienzos en esto del cine, dónde mi madre me alquilaba las películas en VHS y Betamax de He-man, Snoopy y el Pato Howard (una de mis peliculas favoritas cuando tenía 6 años). Mas tarde, empecé a ir por mi propio pie, cogiendo cariño poco a poco al alquiler de películas y por ende al cine. Empecé a comprar revistas de cine a la edad de 13 años y me fui empapando de los clásicos, así como de las últimas novedades. Recuerdo dicha época con nostalgia, ya que uno apenas tenía reponsabilidades mas allá de aprobar los exámenes y comportarse correctamente.
Por todo lo anterior, me siento extraño al ver como el mercado del videoclub parece haber llegado a su fín, especialmente para aquellos que lo montaron con ánimo de lucro, aprovechando el boom del VHS y el DVD, como el que monta una empresa de construcción o una inmobiliaria antes de la crisis que estamos padeciendo. Blockbuster dio el último coletazo y acabó hundida, argumentando que su cierre fue debido única y exclusivamente a la piratería. Sin embargo, este argumento es muy discutido por el sector opuesto, aquel donde se posiciona el consumidor ante los dueños de videoclub.
Mi opinión personal es que se está enfocando muy mal el asunto, dejando, en muchos casos, que los verdaderos culpables se vayan de rositas y consigan desviar nuestra atención hacia una guerra absurda videoclub-consumidor, o lo que es lo mismo empleado-cliente. Las distribuidoras se están cargando este negocio, aunque intenten camuflarlo echando pestes contra la piratería y el p2p. Estamos en época de crisis y siguen cobrando 50 euros por ediciones DVD de alquiler, siendo éstas muy difíciles de rentabilizar a corto plazo y dejando a los videoclubs a su suerte.
Habría que reflexionar sobre ello.
Aquí dejo un artículo sobre el tema: http://www.blogoff.es/2009/03/12/carta- ... videoclub/
Pues bien, hoy he estado leyendo un artículo sobre los videoclubs, esos lugares que todos recordamos con nostalgia, ya fuese el videoclub de nuestro barrio o uno mas grande. Aún recuerdo cuando era un chavalín y mis comienzos en esto del cine, dónde mi madre me alquilaba las películas en VHS y Betamax de He-man, Snoopy y el Pato Howard (una de mis peliculas favoritas cuando tenía 6 años). Mas tarde, empecé a ir por mi propio pie, cogiendo cariño poco a poco al alquiler de películas y por ende al cine. Empecé a comprar revistas de cine a la edad de 13 años y me fui empapando de los clásicos, así como de las últimas novedades. Recuerdo dicha época con nostalgia, ya que uno apenas tenía reponsabilidades mas allá de aprobar los exámenes y comportarse correctamente.
Por todo lo anterior, me siento extraño al ver como el mercado del videoclub parece haber llegado a su fín, especialmente para aquellos que lo montaron con ánimo de lucro, aprovechando el boom del VHS y el DVD, como el que monta una empresa de construcción o una inmobiliaria antes de la crisis que estamos padeciendo. Blockbuster dio el último coletazo y acabó hundida, argumentando que su cierre fue debido única y exclusivamente a la piratería. Sin embargo, este argumento es muy discutido por el sector opuesto, aquel donde se posiciona el consumidor ante los dueños de videoclub.
Mi opinión personal es que se está enfocando muy mal el asunto, dejando, en muchos casos, que los verdaderos culpables se vayan de rositas y consigan desviar nuestra atención hacia una guerra absurda videoclub-consumidor, o lo que es lo mismo empleado-cliente. Las distribuidoras se están cargando este negocio, aunque intenten camuflarlo echando pestes contra la piratería y el p2p. Estamos en época de crisis y siguen cobrando 50 euros por ediciones DVD de alquiler, siendo éstas muy difíciles de rentabilizar a corto plazo y dejando a los videoclubs a su suerte.
Habría que reflexionar sobre ello.
Aquí dejo un artículo sobre el tema: http://www.blogoff.es/2009/03/12/carta- ... videoclub/