El caso de Pixar es justo lo contrario de lo habitual. Fueron ellos los que remontaron Disney Animation Studios. Cuando Disney compró Pixar fue Lasseter quien entró en Disney a enseñarles cómo trabajar, evolucionar... películas como Vaiana se hicieron gracias a Lasseter, casi nada. Y se nota su mano, porque aparte de los dos dioses de Disney dirigiendo, hay otras dos personas colaborando. Muy típico de Lasseter, que hasta que conseguía lo que creía que era mejor, hacía todos los cambios necesarios.
A partir de la marcha de este hombre, cuesta abajo sin frenos. Ya en su época, películas como Brave o la del dinosaurio tuvieron poco éxito, pero al mismo tiempo presentaban joyitas. Ahora quitando a Pete Docter, no apunta maneras casi nadie ahí dentro. Y nunca apostaron tanto por proyectos personales como ahora, nunca hubo tanta libertad. Luca es un proyecto personal de su director, Red tres cuartos de lo mismo, la de Elemental está basada en la infancia de Pete Sohn... El estudio apuesta por proyectos personales y no por intentos de taquillazo. Ahí lo lleva peor Disney, no tienen a casi nadie dentro que dirija en condiciones, como había aquellos tándems en la época de los 90. Los que había se fueron a Dreamworks en su momento y como mucho quedan Byron Howard, Jared Bush y Rich Moore. Y aún así dos de estos dirigieron Encanto y estaban mejor quedándose en casa. La esperanza está en Wish, para 2023, con guión de la jefa y dirigida por Chris Buck.