Es un asunto muy jodido, miedo me da. El día en que tenga hijos tendré el mismo problema, aunque yo estaré en la tesitura de iniciarlo en el Lado oscuro
Es curioso, pero pienso que cuanto más empeño se pone en inculcar un gusto por algo a un niño (ya sea cine, o cualquier otra cosa) los resultados son inversamente negativos al esfuerzo. Cuando iba al colegio, tenía un amigo cuyo padre era un pianista enorme. Un apasionado absoluto de la música; su casa era un auténtico museo, y el tipo tocaba el piano que daba gusto. En serio, me podía pasar horas (y eso que yo era un criajo totalmente profano) escuchándole tocar, o escuchándole hablar de música, apasionado, siempre insistiendo en que él no tocaba simplemente unas notas, sino frases, que la música era otra forma de escribir, de expresarse.
Por supuesto él quería que su hijo se dedicara a eso, lo hacía estudiar los mismos libros que él estudió de joven, y que había guardado para sus hijos, se sentaba con él a enseñarle a tocar todos los días...
Mi amigo sentía ese mismo tipo de pasión arrebatadora que su padre. Pero por la informática, no por la música. La música no le decía nada, él siempre me repetía que aunque escucharla le gustaba, tocarla era como las matemáticas, solo que mucho más difícil. Él lo que quería era abrir ordenadores, toquetear las piezas, aprender a programar las máquinas. Tuvo muchísimos disgustos en casa, hasta que al final sus padres se dieron por vencidos.
Creo (hablo desde la experiencia de un hijo que aún no ha sido padre) que la mejor forma de inculcarle algo a un niño es empezar aparentando indiferencia. Es decir, ofreciéndole aquello en lo que quieres iniciarlo como si fuera una opción más, sin nervios o insistencias.