Paso de Pasolini

El primer Pasolini es salvable. Ese rollo pretencioso en blanco y negro. No tiene ni por asomo el ojo visual de Antonioni, pero tiene ideas. Tengo pendiente Teorema por ver...

El último es lamentable. Los cuentos de Canterbury es casi Jess Franco con ínfulas, y yo os cambio Salon Kitty por Saló como nazixplotation.
 
Para responder voy a usar una respuesta que el forero Findor ha escrito en el hilo de Kubrick

Según un estudio científico, Jessica Alba es la mujer perfecta, cumple todas las medidas estadísticas que se busca en una mujer. Yo eso lo acepto, pero la Alba no me PONE a pesar de que, objetivamente, sea perfecta.

Creo sinceramente que el cine es lo mismo, por mucha belleza, lo que al final importa es el MORBO, y eso acaba siendo algo bastante irracional...

Creo que Pasolini es la antítesis de Kubrick...(CIERTO, dirán los que lo odian :juas ) pero debo insistir que mi fascinación por su propuesta radica precisamente en estilo de rodaje "amateur" y su arcaicismo (en el reparto actoral y en lo técnico).

Por cierto, no lo había mencionado, que sus películas me transmiten tambien una especie de perturbación o intranquilidad inclasificable :preocupado ... algunos de sus actores dan miedillo (Laura Betti en Teorema, Pierre Clementi en Pocilga, todo el reparto de Saló, Franco Citti en la Trilogía de la Vida, Ettore Garofalo en Mamma Roma, su Jesus también) que raro :pensativo

A fin de cuentas me transmite un morbo que prefiero mil veces a otros directores que me dejan absolutamente frío
 
Te cambio la admirable atmósfera mórbida, perversa y estilizada, de Eyes Wide Shut por los cetrinotes unicejos de las pelis de Passolini.

El morbo tiene clases. Todavía.
 
Claro que el morbo tiene clases..lo de Pasolini es a lo bruto!

Sabes, no quiero caer en el juego de las comparaciones "de quien es mejor" por que ya lo dije: están en las antípodas estilísticas y de toda clase.. No creo que buscasen las mismas fines cinematográficos por lo tanto no creo que valga cobrar "una perversión sofisticada o estilizada" en por ejemplo, Saló (quizá fuese lo último que tuviese en mente) o en Porcile

Lo suyo fue el feísmo y la crudeza sexual y estilística... Sin más.. es curioso como a Visconti (que es mi director favorito) trató un ambiente similar a "Accattone" en "Rocco y sus Hermanos"; y el resultado fue absolutamente sofisticado...

PD: Cuando hablaba de directores que me dejaran frío no me refería por cierto a Kubrick, que me encanta su "Barry Lyndon"...
 
Totalmente de acuerdo, Sawa. Cada vez que veo un film de Pasolono veo a un CABRERO...

Cuando se le identifica con cuestiones de estilo a mí me entra la risa...
 
con todo el respeto para los cabreros, supongo

ya le gustaría a alguno de los que se las dan de fieles a la realidad y comprometidos con ella ( aka León de Aranoa ) hacer algo como Accatone...
 
A mi no me parece nada desdeñable lo que ha hecho este hombre, otra cosa es que no esté de acuerdo con sus discursos, y tal.

Las 1001 noches - Teorema - Saló - Mamma Roma, tienen puntos en común por tratarse del mismo director, pero creo que son películas muy diferentes entre ellas, y ahí lo aplaudo.

Además que esa naturalidad, que vosotros tildáis de falta de experiencia o profesionalidad, a mi me ha generado todo tipo de emociones, desde la simpatía (esos andares despreocupados de Ettore) hasta la más grande repugnancia con los discursos de esas... brujas que aparecen en los 120 días de sodoma. Junto a esto, creo que demuestra tener muy buen ojo para decidir que actores utilizar en cada papel. Ninetto Davoli, Franco Citti, Anna Magnani, Ettore Garofolo o este hombre:

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Todos ellos muy acertados.

Incluso visualmente, aunque no sea muy virtuoso demuestra tener buen gusto estético y sabe como repartir los elementos en el plano.

Sin duda se trata de un director polémico... Los desfases en su trilogía de la vida pueden resultar divertidos, sin más, y el retrato social en Mamma Roma puedo entender que hiriera sensibilidades en su día (tengo entendido que lo hizo, ¿no es así?), pero la mala leche que arremete en Saló es exagerada. A parte de tratarse de la película más desagradable que he visto hasta ahora, creo yo debido a la naturalidad de todo porque en otras cosas ya estamos desensibilizados, no deja títere con cabeza, y se mete con gente demasiado peligrosa. Quizás debería haber esperado más tiempo para realizarla para no terminar como terminó...

Todavía tengo pendiente de ver Accattone.
 
En 1961, alguien miró al abismo de la periferia romana, habitado por escoria humana de la más baja condición, y este le devolvió la mirada. Hombres que no hacen nada o que subsisten con lo justo, mujeres dedicadas a la prostitución, niños desharrapados… todos ellos haciendo vida en la calle, rodeados por un paisaje desolador de edificios en estado de ruina y por nuevos bloques de pisos que comen terreno al campo, que parecen de otro mundo, muy ajeno, pese a encontrarse a escasos pasos; el mundo de la gente que trabaja, visto con desprecio y superioridad por este hatajo de vagos y desheredados.

Entre ellos destaca Accattone, un sujeto despreciable por quien es difícil sentir empatía o comprensión alguna, pues se trata de lo peor que hay, de un chulo que vive de su mujer prostituida y que un día ve cortada bruscamente su única fuente de ingresos cuando a la pobre la encarcelan, poniendo fin a su existencia relativamente cómoda como cabecilla de su grupo de amigotes, con quienes se pasa el día alardeando y apostando en retos temerarios y chorras. Orgulloso, miserable, llorón y victimista… se muestra machista y despreciador de aquellas que le mantienen, pero a la vez destila cierta inocencia, fragilidad, o la irresponsabilidad de quien no ha conocido otra cosa, otra realidad, un excluido al que es difícil pedir cuentas desde el otro lado de la línea que le separa del mundo burgués y productivo.

¿Conseguirá de alguna manera integrarse, cuando no le quede otra? No hay falsos idealismos, pues cualquier intento de redención sólo será posible mediante una muerte liberadora, lo único que puede transformarle en otra persona, permitirle encontrar su auténtico yo, su nombre real, cuando su débil voluntad por sí sola no se lo permite, más allá de cubrir su vergüenza en un momento dado con una efímera máscara de arena.

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En su primer largo, Pasolini se fija en un sector de la población de lo más miserable y olvidado y en sus condiciones materiales, opta por darles voz y, en medida de lo posible, no juzgar. La película está realizada, y se nota, desde el desconocimiento del lenguaje audiovisual, y el resultado es algo narrado a empellones, a retazos, cual sucesión de escenas de este Accattone caminando abatido de un sitio para otro; algún que otro paseo en compañía femenina recuerda a aquellos tiempos muertos del cine europeo del momento. Con determinados planos, cortes, que chirrían, que delatan al artífice y frustran el realismo extremo de los actores no profesionales (algunos mejores que otros), que hacen de sí mismos. Incluso cuando tiene lugar una fuga hacia lo onírico estamos ante un cine muy tosco y precario, nada estilizado, ni siquiera con unos constantes y repetitivos insertos musicales de Bach, que buscan elevar, redimir estas imágenes de miseria.

El escritor-cineasta, por pura necesidad, está inventando el cine a su manera, santificando con su cámara a unas criaturas que en sí mismas son abyectas, y en principio, muy alejadas de todo lo sagrado. Sacrificio por amor, una muerte que es nueva vida, es donde la película encuentra su fondo cristiano. Nuestro desgraciado héroe se da cuenta de que no hace sino caer en un mismo agujero, repitiendo idénticas relaciones malsanas y destructivas con las mujeres, corrompiendo cualquier pureza que toca; es la suya una forma de vida arraigada en lo hondo de su ser, asumida en su apodo (“mendigo”) cual vocación. La muerte le acecha desde el principio en forma de cortejo fúnebre, primero real y después soñado, asistiendo a su propia y simbólica muerte; cuando esta se produzca (previa a un desconcertante gag en torno al mal olor de pies...) sólo podrá ser fuera de plano.
 
La película está realizada, y se nota, desde el desconocimiento del lenguaje audiovisual, y el resultado es algo narrado a empellones, a retazos, cual sucesión de escenas de este Accattone caminando abatido de un sitio para otro.
Pasolini no era un advenedizo. Ya había trabajado mucho en el mundo de cine (como guionista e incluso como actor). Lo que pasa es que abominaba del montaje de continuidad y aspiraba a un lenguaje cinematográfico propio que cada autor debía crear y desarrollar desde cero (para él, el cine no tiene un lenguaje único, no es literatura... aunque en cierta forma lo suyo fuera una especie de discurso indirecto libre plasmado en imágenes).

Lectura imprescindible, para el que no la conozca:
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para es su mejor peli, la más desnuda, y creo haberlo visto todo, incluidos mediometrajes, documentales y esos making offs que él mismo se hacía.

aparte, es que Citti es un auténtico monstruo, pena que apenas trabajase fuera del cine de PPP.
 
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