Las cuatro hermanitas, de George Cukor
La primera de las versiones de Mujercitas llevadas al cine, realizada en los años 30 y con el protagonismo absoluto de una muy joven Katherine Hepburn en el rol de Jo, la hermana entusiasta, viril y rebelde, con el que demuestra un gran desparpajo y madera de actriz (pese a ser un tipo de interpretación un tanto exagerada e histriónica que, sin embargo, no desentona con el cariz afectado del film)… véase su presentación “limpiando” la barandilla de la escalera, según la orden de su autoritaria tía (descomunal caricatura la de este papel secundario que todavía hoy logra su objetivo de hacernos odiar el personaje). El resto de caracterizaciones parecen, por lo tanto, un poco desdibujadas y segundonas en torno a la incombustible Hepburn y su viaje hacia la madurez emocional: no deja de ser llamativo el hecho de que su fuerte carácter y su supuesta actitud indomable contrasten con una absoluta dependencia emocional hacia sus hermanas (de quienes no quiere desprenderse), incluso con una gran sensibilidad y fragilidad interior (el episodio del corte del pelo).
La dirección de Cukor, director con fama de abordar con gran cercanía el universo femenino, es tan clásica y funcional como podría esperarse, con algún detalle como el de los pajarillos en la ventana que acompañan el poético instante de un fallecimiento. Respecto a las demás hermanas, la tímida es vista como poco menos que autista y disfuncional (más afín a su piano que al trato humano), mientras que Amy, la descarada, se nota que es el personaje más incómodo y se intenta hacerlo más inocente (le falta más desarrollo a la relación con el apuesto galán para hacerla más verosímil)… por otra parte, Meg, la responsable, anda bastante desaparecida en combate. Otros detalles (la entrega de la comida a los pobres, la propia personalidad beatífica de la madre) demasiado ingenuos, así como dosis importantes de empalagamiento, simplemenete corresponden a la época. A destacar también la banda sonora de Max Steiner, haciendo uso de un villancico que funciona como hilo conductor durante toda la narración. Sigue siendo, creo yo, una adaptación muy digna.