La jueza Mary Hannah Leavitt, ha fallado en contra del Gobierno demócrata de Pensilvania y ha pedido la anulación de miles de votos por correo que llegaron después del 3 de noviembre a las ocho de la tarde y que no presentaron identificación. No se sabe la exacta cantidad de votos que entran en esta categoría, pero marca precedente.
La magistrada de Pensilvania, atendiendo al caso "Partido Republicano v Boockvar", una de las demandas de Trump en el estado, ordenó que Tom Wolf, Gobernador demócrata, y Kathy Boockvar, Secretaria de Estado y también demócrata hasta la médula, no tenían autoridad para mandar contar votos que la ley de Pensilvania considera inválidos si no tienen identificación personal.
Hay que decir que Trump perdió Pensilvania por apenas 42.000 votos en la recta final y después de la entrada masiva del voto por correo. En total, se calcula que aparecieron 650.000 votos tardíos después del 5 de noviembre, entre ellos, hay 100.000 sin identificar. ¿Puede obtener la victoria Trump? Sí y no. Lo verdaderamente crucial es el precedente que ha sentado la señora jueza de Pensilvania. En su dictaminen expone que un Secretario de Estado no puede hacer lo que le venga en gana, como ha ido sucediendo en otros estados claves, por lo que Giuliani, abogado de Trump, podría ganar otras demandas, con el correspondiente cambio en los resultados.