Repasando Blackstar y sus videoclips, es arrebata-desgarrador/escalofriante comprobar cómo
a) seguía conservando toda la energía escénica y falta de vergüenza necesarias para marcarse esa performance rememoradora, irónica y despojada ( a partir del 5:23 )
b) era absolutamente dueño de su imagen y los tiempos: sabía exactamente cómo y cuándo ( el día de su 69ª cumpleaños fue el lanzamiento ) quería que fuera la última imagen que tendríamos de él ( en lugar de la que nos querrían vender la prensa amarilla, felizmente desterrada gracias a la fiel confidencialidad de sus colaboradores y allegados, todo un triunfo en la actualidad multiconectada ) ;
Vendado con dos botones como ojos, otro icónica para añadir a la lista.