Charlie watts fue un caballero íntegro, elegante, afable, educado, agradecido y atento. En unas cuantas ocasiones estuve con él, creo que cuatro o cinco, charlando y atendiéndole en el restaurante. Fue exquisito en formas, frágil de apariencia, hablaba bajito paro claro, y estaba fino y ágil de cabeza. Exhalaba aura de mito, entrecortaba sus frases como para hacerte creer que iba a soltar una memorable o sacada de la memoria profunda. No fueron conversaciones extensas para nada pero fueron cómodas, amables. Un gran tipo. El mejor de los cuatro. Los demás siempre parecían colgados, ausentes, pasando, desdeñando el entorno. Descanse en paz