Respuesta: Renny Harlin
Harlin, el director de moda en los 90 pero con fecha de caducidad, fue el director encargado de dirigir la secuela/continuación del taquillazo del 88. A día de hoy sigo opinando que es la peor entrega de la saga sin dudarlo lo más mínimo. Basada en la novela "58 minutes" de Walter Wager y de la cual existen 2 versiones previas a ésta ("Alerta: Misiles" de Robert Aldrich - 1977 y "Teléfono" de Don Siegel - 1977) "Die Hard 2" intenta conseguir el éxito siguiendo las constantes de la primera entrega pero donde el acierto y el ingenio destacaba en aquella aquí se torna copia descarada y sobre todo sin mucho acierto más allá de unas cuantas set pieces bastante logradas.
El escenario en este caso es distinto (el aeropuerto de Whasington en plena nevada navideña) pero la premisa es más o menos igual a la anterior entrega colocando a John McClane en el lugar y el momento equivocado. McTiernan estaba completamente enfrascado en su Octubre rojo y decidieron dejarle la batuta a Harlin. La realización de la película se nota que no intentan salirse de la línea que marcó "La jungla de cristal" exponiendo las mismas constantes: héroe solitario, secundarios cómicos que ayudan a John en los momentos más difíciles, villanos que son retorcidos y volviendo a contar con los mismos actores secundarios como la esposa sufrida / el periodista insoportable y aprovechado / el policía que le ayudará con las pistas y el mismo ambiente en época navideña.
Como toda secuela que se precie en este tipo de productos la orden es "más espectacular, más ruidosa, más explosiva". Y no se puede negar que en parte lo intentan pero no deja de ser unas cuantas escenas realmente conseguidas (la pelea en las cintas que transportan las maletas - el tiroteo con un Robert Patrick previo paso a convertirse en T-1000, su personaje más conocido - el intento por evitar el accidente aereo - la pelea en el ala del avión) en un mar de monotonía visual consiguiendo ser un título alejado de ser redondo (mucho menos conseguido).
La tensión es mucho menos intrigante pues nos conocemos todos y cada uno de los pasos a seguir y aunque Oliver Wood le da un aspecto más o menos distinto al que ofreció Jan de Bont en la primera parte consiguiendo algún plano que otro logrado Harlin rueda con un estilo bastante menos llamativo y una realización muy poco agradecida. Lo más llamativo es que realiza cosas que en los 90 funcionaban pero a día de hoy resultan, ante todo, demasiado caduco (la presentación de los villanos saliendo en coreografía, su modus operandi que parece sacado de un capítulo del Equipo A - esas balas de fogueo - o los planes de evacuación). Y aunque Bruce Willis sigue teniendo el carisma intacto no brilla o no destaca tanto como sí lo hizo en la entrega que le dio fama y fortuna.
Si "Jungla de cristal" había conseguido dar cierta verosimilitud al espectáculo más explosivo aquí no sucede lo mismo y aunque no deja de ser una entrega más siguiendo la tónica general resulta gracioso que aquí todo suene o se vea más forzado y jugando en su contra convirtiéndose en un thriller con cierto empaque pero sin ser un derroche de inventiva. Suerte que para la tercera volvimos a contar con el mejor director que haya podido tocar esta saga. Y encima reinventándola sin perder la mítica.