Elliott
Desconozco
Respuesta: Rob Reiner
olvidable.
olvidable.
Duss, de flojera nada. Se adelantó a la moda que se supone instauró Shrek, pero ésta ya lo hizo antes.
Un pasajero neozelandés llamado Wynand Mullins, fan incondicional de la película de Rob Reiner, no tuvo mejor idea que subirse a un avión con destino a Auckland llevando un cartel sobre su camiseta que leía: "Hola, mi nombre es Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre. Prepárate a morir".
Según reveló Mullins a varios medios de su país, fue uno de los primeros en tomar su asiento y mientras el resto de pasajeros hacia lo mismo, una azafata le dijo que varias personas se estaban sintiendo "intimidadas" por las palabras en su camiseta y si por favor "podía quitársela".
Pero el gracioso fan no tenía otra camiseta para cambiarse y aunque la azafata fue en busca de una para prestarle, jamás regresó ni tuvo contacto visual con él durante el vuelo. "No me sorprendería que hubieran puesto a alguien vigilándome todo el tiempo", confesaba Wynand.
"La experiencia fue algo exagerada pero también cómica", sentenciaba este atrevido cinéfilo que además calificó la reacción de los pasajeros como "un poco tonta". Por otro lado, un portavoz de la compañía aérea Qantas ha declarado que no cuentan con ningún historial de lo ocurrido tras haber sido manejado por la tripulación, aunque afirma que la empresa tiene un código de vestimenta para todos sus pasajeros, especialmente si llevan "slogans que otros clientes pueden encontrar ofensivos o amenazantes".
Es cierto que si nos ponemos en la piel de los pasajeros, más de uno hubiéramos entrado en pánico si ya encerrados en un avión leemos en el pecho de un desconocido "Prepárate para morir"; pero vamos, ¡no hay nada en la cara de este neozelandés que nos haga pensar que puede llamarse Íñigo Montoya! Y además, ¿¡Cómo no conocen al famoso Morgenstern y su legendaria frase!?
Dicha oración es tan famosa que hasta el propio actor que la dice hasta seis veces en la película, Mandy Patinkin, reveló en una entrevista a la revista New York en 2012 que al menos dos o tres desconocidos se la recuerdan cada día de su vida.
Así que Harry Shearer (Los Ángeles, 1943), uno de los creadores de This is Spinal Tap, se hartó de lo que consideraba “el lado más oscuro de la industria del entretenimiento” y decidió denunciar. Sus otros tres compañeros en Spinal Tap (los otros dos actores, Michael Mckean y Christopher Guest, y el director, Rob Reiner; los cuatro, además, son los guionistas) se unieron y ahora la demanda contra Vivendi -la compañía propietaria- es de 400 millones de dólares y amenaza con marcar un antes y un después en Hollywood.