Me parece muy potente el inicio, con la presentación de Batman, de la ciudad, ese monólogo tan noir, el encuentro con los maleantes; gran pulso y gran sentido de la atmósfera, como en una sucesión de viñetas comiqueras. Toda la parte de thriller con psicópata, con su investigación, el romance lánguido de tipo duro y femme fatale, esa telaraña de mentiras, dudas y desengaños que rodea a Bruce Wayne, esa pulsión siniestra de poderes en la sombra y revelaciones terribles por descubrir, creo que genera una clima, unas expectativas… que acaban por los suelos por culpa de un tramo final que empeora conforme muestra sus cartas, en el que aparte del crimen y de la corrupción, impera el topicazo, la ausencia galopante de ideas: el malo tipo Jigsaw filmándose en video y jugueteando con el héroe, la gente con sus pancartas, el ataque en mitad de un acto oficial fúnebre... muchas cosas que suenan a deja vu descarado.
Sin problemas con la acción, la persecución grandilocuente, el muestrario de gadgets, el coche, etc. pero el guion está tan hinchado y tan estirado de tramas, de duración, que da pie tanto a lo mejor como a lo peor. Bien por el histrionismo bufo de un Pingüino reconvertido en empresario del ocio nocturno, o por la contención de ese Falcone, apenas pura presencia que intimida cual diablo. Enigma, en cambio, me parece un mal Joker con el nombre cambiado, muy cargante en su histrionismo y encima con motivos de villano llorón y traumatizado, que era algo con lo que ironizaba ya el Joker nolaniano. Me falla también Catwoman, lo soso de la actriz, sus sobadísimos dramas de tres al cuarto, además de que el personje pide cierta sensualidad a gritos y en el contexto del Hollywood actual ni de coña.
Se alterna el plano psicológico de un Bruce muy grunge-noventero en su atormentarse un poco impostado, su lucha personal y su trauma que más bien es obsesión, con el sociológico de Gotham como pozo de depravación sin posibilidad aparente de mejora por mucho que se intente hacer por ella. El triángulo lo cierra el hombre-murciélago, lo cuestionable, o bien lo moral, de su misión. Y aquí la peli se posiciona y tenemos al Batman del Partido Demócrata, que se pone del lado de la ley para lidiar con sus nuevos enemigos, que son trumpistas, incels, youtubers y trolls de internet, los desechos post-crisis expulsados a las cloacas digitales del sistema, mientras halla su vocación de ONG rescatando a una Ocasio-Cortez, joven, idealista y por supuesto negra (que al final es la clave para arreglarlo todo, según el simplismo de esta gente), que ahora sí que sí va a traer el cambio real… es razonable que el arco evolucione desde la oscuridad hacia la luz, pero tras tanto pesimismo, queda como algo poco creíble, muy blando, próximo incluso a un apuntalamiento del orden, o al menos es la meca del cine vendiéndonos de nuevo su marketing sin ningún pudor. Todo el rollo para decirnos que la venganza es muy mala y engendra venganza y que hay que ayudar a la gente. Varios finales superpuestos, poca síntesis, pero eso sí, Reeves mucho mejor tanto narrativa como visualmente que Nolan, con mayor sentido del espacio, del encuadre y las fuentes de luz, sin desligarse de lo anterior y sin alcanzar tampoco la imaginería desbordante de Burton, pero su labor es lo mejor. Efectiva también la banda sonora con dos notas prácticamente, pero ese uso y abuso del Ave Maria schubertiano que es de 1º de Cine Adulto debería estar penado con cárcel.