The Grand Budapest Hotel de Wes Anderson

Parece que Wes Anderson hace siempre la misma película, donde únicamente el decorado varía. Eso significa buenas noticias para sus fans y sus defensores a ultranza, y malas para sus detractores, quienes no encontrarán nada nuevo (ni para bien, ni para mal). Lo mío es una mezcla de hastío y de cierta admiración hacia semejante autor, un personaje entre insobornable y autofelatorio que no tiene ningún reparo en repetir descaradamente los mismos tics y recursos visuales, en llegar al espectador a través del puro artificio.

La historia es una gran chorrada, que contrasta con la meticulosidad extrema de la realización. Personajes raritos, caricaturescos, escenarios acartonados e irreales, humor autista. Historia “literaria” en varios niveles, que parece salida de un tebeo o novela barata; referencias a un mundo de entreguerras, a historias de espías y detectives, a un rollo como irónico, decadente y “biedermeier”. Eso sí, con la típica historia de descubrimiento y entrada en la madurez.

¿Lo bueno? Vitalismo desprejuiciado, diversión inocentona, imaginación, poesía propia. Todo es puesta en escena; Kubrik, la nouvelle vague, encuadres y montaje trabajadísimos, estética de cómic (barroquismo, estatismo y travellings característicos). ¿Lo malo? Una propuesta que, como siempre, hace gracia un rato al principio, luego me termina hartando y empalagando ese lenguaje tan particular. Con su rollito tan consciente de sí mismo, con su constante goteo de cameítos excéntricos, Wes Anderson va siempre por delante, con una trama ininteligible ¿De qué coño va ésto? Ni idea. Es el show de Wes Anderson y sus amigos, quienes se lo pasan de puta madre son ellos. Una fiesta muy selecta y privilegiada, donde no dejan entrar a cualquiera.

Creo que no la volvería a ver.
 
A mi me gusta, pero de largo creo que es su peor peli, aquella en la que ya un estilo y una forma de hacer cine se anteponen al talento libre. Esta es la primera de toda su filmo donde se nota que el sello se ha comido al cineasta.
 
Pues yo la veo libérrima en su contenido, aventuras a lo Tintin de Hergé, y encapsulado en sus formas lleva desde Los Tenenbaums (que es, by far, peor que ésta). Moonrise tenía picos de genialidad superiores, pero peor rematada; amo Rushmore, Life Aquatic y Darjeeling, y Bottle Rocket como opera prima. Ésta última la veo bastante en la línea de la del zorro con sus mismos aciertos y defectos.

Fellini también se repetía.
 
Yo es que no veo problema alguno que un director se repita en forma y fondo mientras sus películas me convenzan. Tim Burton también le pasa y para mi es uno de los mejores narradores de historias. Pues lo mismo con Anderson.
 
Fellini también se repetía

de forma puntual por supuesto, no lo veo mal; el tema es que Anderson va camino mas bien de convertirse en una parodia de sí mismo, si no lo ha hecho ya.... mira, como Fellini en uno de sus peores títulos, La Ciudad de las Mujeres (aunque tenía detalles genialoides)
 
Última edición:
Pero es que yo creo que, si hablamos de contenido, la nostalgia, el eco del tiempo, el cambio de época, que son temas protagonistas en Budapest, no los había tocado en sus anteriores películas o quizás sólo tangencialmente ...
 
yo es que cada vez le veo menos contenido y más continente.. y el segundo cada vez me atrae menos, o me recuerda constantemente títulos anteriores.

un director encorsetado en en un callejón sin salida estético por voluntad propia y descuidando otros aspectos del cine.
 
Yo también lo veo así. Budapest es estupenda en muchos sentidos, pero me deja el regusto de alguien que compone primero el imaginario visual y luego va añadiendo la historia cuando debería ser al revés.
 
Yo es que Mr. Gustave me parece una creación maravillosa, a la cabeza de sus personajes de toda su carrera, junto a Steve Zizou y Max Fischer, y el protagonista de la historia es todo contenido.

Créeme que si sólo viera forma al servicio de la cuasi-nada también me cagaría en Anderson y en quién fuera, pero es que sus historias me embelesan y la de Gustave y Zero es de las mejores aventuras que he visto en los últimos años.
 
En este caso estoy al 200% con lo que indica Ropit. Para mi si sólo se quedara en lo visual sin nada que contarme os aseguro que me ciscaría con ganas en Anderson pero es que aún mostrándome la misma forma me cuenta una historia que para mi gusto está en su mejor obra hasta la fecha.
 
EL GRAN HOTEL BUDAPEST (The Grand Budapest Hotel, 2014 -Wes Anderson)


Wes Anderson esta vez creando una película a partir de una intriga muy sencilla (tal vez demasiado) y un juego de historias relatadas dentro de historias...El film seguirá contentando mucho a la mayoría de sus fans, aunque es cierto que ya todo el entramado -muy brillante en lo visual- empieza a dar la sensación de ser unexcesivo más de lo mismo en el que la forma engulle al fondo. Película pues que funciona más por el constante desfile de actores conocidos, que no por un desarrollo de trama demasiado simple, un humor no tan conseguído o una puesta en escena (con sus habituales composiciones visuales simétricas y travellings laterales) que ya no sorprende tanto como antaño
 
Pues a mi que cuando más se me repite es en Darjeeling (me parece bastante hecha a piloto automático) y Fox, estando los síntomas de cansancio un poco más ocultos en la segunda por el hecho de ser animación. En el caso de Moonrise y Budapest, se me antoja más como un renacer. Este tío no volverá a hacer Rushmore, pero si lo que va haciendo está al nivel de las dos últimas, bienvenido sea.
 
A mí la única que me gusta es Fox y precisamente es porque se desmarca ALGO de su tono habitual y porque da lo máximo que tiene ahí. Quizá ayude la animación, sí.
 
Yo lo descubrí a partir de Fox (tengo pendiente descubrir el resto de su filmo poco a poco) y aunque es totalmente verdad que está encasillado en lo visual (negarlo sería no hacer justicia a la verdad) me encandila ese tono de cuento contemporaneo que radica Moonrise y ese aroma europeo en Hotel al igual que el ruralismo Dahl de Fox.
 
The-Grand-Wars.jpg

Comparación de dos planos casi idénticos de Anderson, separados por una hora de metraje, cuya doble simetría tiene muchas más connotaciones que las simplemente estéticas.

La mitad izquierda es parte del plano en el que Gustave, representante del moribundo espíritu liberal de la Belle Époque, observa a través de la ventana un comando de fascistas.

La derecha, del plano en el que Zero, heredero de Gustave, observa uno de comunistas.

Un buen recordatorio de los trasfondos trágicos y siniestros creados por las dos pesadillas ideológicas que casi destruyeron Europa, sobre los que discurre la, por otro lado, simpática y humorística historia.

En la mejor tradición de Lubitsch y Wilder.
 
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