Yo creo en cierta utilidad de esas imágenes. esa máxima de "lo que no se muestra no existe" tiene cada vez más vigencia en un mundo de las imágenes como el nuestro. Evidentemente no se suelen hacer ese tipo de productos con carácter "didáctico", si no porque con el morbo venden más, pero el hecho de que las atrocidades (falseadas) estén presentes nos hace más conscientes de las consecuencias de la violencia. Algo parecido a cuando se falsificaban instrumentos de tortura medieval a finales del XIX, que se hacía para vender entradas a museos "de los horrores" de pacotilla, pero que conseguían resaltar lo infame de aquellas torturas. Siempre que exista alguien que pague por ver esas cosas, se seguirán haciendo, y siempre habrá alguien porque, sobre todo en sociedades pacíficas, la violencia más extrema tiene algo de "evasivo".