Para los fans de “Excalibur”, con hamor.
Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores (más que SPOILERS, ésto puede estropear algo de lo cómico/sorprendente de los chistes para quien aún no la haya visto).
Cima de la comedia absurda, de una inventiva y una creatividad ilimitada, con la leyenda del rey Arturo, sus caballeros y el santo grial como base... la cual sin embargo estos tíos trascienden y hacen suya por completo, llevando su particular sentido del humor al extremo. Las risas, garantizadas. Esos ribetes de humor negro (las amputaciones del caballero, la matanza en el castillo...), ese final tan raruno, tan turbador, con la policía irrumpiendo en el rodaje y cortando bruscamente... me parece algo casi de cine experimental, sin argumento, o reduciéndolo a lo mínimo, integrando incluso varios géneros diferentes en una narración de lo más vanguardista, con la carcajada como objetivo prioritario.
Desde la animación (con ese estilo tan “naif” y característico) a los elementos musicales (la canción del trovador acompañante, el numerito de Camelot, las pretensiones del hijo del señor del castillo...), todos los recursos posibles son exprimidos al máximo. Y desde luego, está toda la coña que se traen con los créditos iniciales y los no-créditos finales; a buen seguro, la música más troll jamás compuesta junto con el “trolololo”. La puesta de escena también la encuentro más depurada que en “La vida de Brian” (que por cierto, tiraba a amateur). Al final lo del rey Arturo es lo de menos, una excusa para encadenar una serie de gags insuperables. Por no hablar de la metaficción; las anticipaciones del argumento y los personajes que van a aparecer, la autoconsciencia, el gag del historiador asesinado que poco a poco va cobrando importancia, etc. etc.
Contrapunto imprescindible a “La vida de Brian”, que era más “película” y contenía la esencia de esta gente en estado menos bruto, tal vez. Pero ésta... obra maestra sin paliativos, de seguir partiéndose incluso minutos después de haberla visionado.