Davimo, bocados de realidad. Me explico:
Rosales intentó con la polivisión aproximarte, en más de una ventana (a la que estamos acostumbrados), a la vida de todas las gentes que pasan por la película. Él expone de una manera que a mí me parece soberbia e inventa algo estéticamente. ¿El qué y por qué? Pues INVENTA la polivisión, algo que no existía. Me explico, por supuesto. Rosales te parte el plano en varias zonas pero, a la vez, respeta la geometría del único plano. Si te das cuenta, todos los planos fragmentados parecen uno porque tienen las líneas unidas para ver una sola exposición, al fin y al cabo. Y volvemos a preguntar, ¿por qué? Pues hombre, es obvio, porque Jaime Rosales quiere enseñarte el contexto, el día a día, la respiración, los silencios y momentos de las personas que radiografía..., y lo quiere hacer en todos los fragmentos posibles, pero respetando la unidad cinematográfica del plano en sí, cosa que a mí me parece increíble y sí, exactamente, nunca se había hecho.
Por el lado temático, a mí me fascina. La película creo que te muestra una realidad bastante dada: personas que parece que tienen mucha gente a su alrededor y no tienen nada. Y luego la otra cara de la moneda, personas que tienen todo (por ejemplo, con un hijo, ya sabes por donde voy) y la calle (la vida) te quita lo que tienes. Soledad dada o soledad forzada.
Desde mi punto de vista, con la polivisión (acércate a un rollo Gran Hermano de auteur y palabra que casi lo tienes), no se podía haber contado mejor.
Un abrazo.