Si, ese mensaje es un problema. Y gordo. Sobre todo en este país, donde por lo visto se nos ha olvidado ya a donde conduce la polarización extrema y la demonización del contrario. Es un problema gravísimo que una opción política se plantee desde el objetivo primario de someter al ostracismo al adversario, sin otra consideración más. Que se planteen las campañas con el objetivo de ridiculizar y atacar al otro antes de plantear tus ideas, tus soluciones (y la gilipollez de "la jente" no es más que una burda simplificación de ese ataque, intentando inculcar la idea de que el adversario no se preocupa por esa "jente" como malvado que es).
Así que si, es un problema. Un problemón. Del que la derecha tampoco está exenta, pero en el que peca de bisoñez y blandenguismo. La famosa "derechita cobarde" de la que cada vez más gente está hasta las narices. Almeida, Feijoo... esta peña y sus lamidas de escroto a las ideas izquierdistas pensando que así van a ser más populares (y no en el sentido de PP). Que, como bien dices, de poco sirven, porque ya podrían vestirse de drag-queen y concederles una pensión de por vida a los transexuales, que les seguirían llamando homófobos. Por ejemplo. Son imbéciles sin remedio y un enemigo fácil, de ahí que la izquierda esté comodísima en su estrategia. El único partido que les incomoda porque les dice las verdades a la cara (con escasas posibilidades de rebatir nada) es VoX. De ahí el pánico que les tienen y ese ataque contínuo destinado a destruirlos cuanto antes.