Venga, me casco crítica, que acabo de venir de verla. A solas y con palomitas de supermercado y lata de refresco, como debe ser.
A ver, empiezo por lo positivo. La película está bien hecha. MUY bien hecha. Los efectos son creíbles y cumplen su papel, sin estridencias (algo muy de agradecer). Las localizaciones, salvo alguna cosa que canta, muy bien, metiéndote en ambiente, con ese lodazal permanente que es la vida del crío.
Siguiendo con lo que está bien, mención especial para el casting. Los actores están soberbios, sobre todo el chaval. La pena es que lo destrozan con el doblaje. Si, lo sé, es culpa mía. Que queréis, no había VOS y bueno... menos es nada. Deseando estoy trincar el BR. Y entonces os cuento de nuevo. Pero desde la pesadilla inicial, el chaval lo borda.
La madre también está de diez. Su progresión está increiblemente bien llevada. Y su interpretación emociona. Nada que objetar.
Pero (y empezamos con los peros), Sigourney me saca de la película por completo. Es verla, y echarme para atrás pensando que va a salir de repente un alien o un bicho azul de tres metros. Que le voy a hacer. Pero es que obviando esto, tampoco me encaja en el papel de abuela clasicota y estricta. No la veo. De hecho, la hubiera visto más como monstruo-árbol que como abuela. Aunque me hubiera pasado como a Liam Neeson, claro. Que no lo he visto. Remember... la he visto doblada. Ains. Una pena.
Y tras el trasfondo llamémosle "tecnico", está la historia. Como bien dice Seoman, arranca estupendamente y cierra de forma magistral. Pero no es que se caiga a la mitad, es que se desploma. Y llega el aburrimiento, que por desgracia te desconecta de la historia. Y a este tipo de historias, lo peor que les puede pasar es que desconectes. Ya no vuelven a ser lo mismo.
Si, te llegas a emocionar, pero un poco a desgana, en una especie de "qué coño hago yo aquí". Esta película debería agarrarte por las pelotas desde el principio y mantenerte ahi... acongojado. Para luego rematarte en el tercio final, y dejarte tan hecho mierda, pero a la vez tan lleno, que salgas del cine gritando a los cuatro vientos que has llorado como un gilipollas, y estás orgulloso de ello. Pero no. Para cuando te empiezan a reenganchar, la peli ya se ha acabado.Y te quedas con un regusto amargo de lo que podía haber sido. Y sintiéndote un poco gilipollas, pero sin ganas de pregonarlo. Si... ha estado bien. Es el comentario generalizado al salir de la sala. Tras lo cual desvían la mirada a los focos del techo y buscan el cubo de basura. El cubo del olvido.
¿Qué falla? No lo sé exactamente. Quizás sea un cúmulo de pequeñas cosas.
No empatizas con la madre por que no te muestran su sufrimiento hasta el final. Hasta ese momento, es poco menos que una quejica. El malote de la clase no tiene cara de malote, sino de modelo de Charanga. No lo llegas a odiar a muerte. Y a estos personajes los tienes que odiar a muerte o no carburan.
Las historias acuareladas están muy bien, pero te parten un poco el hilo. Yo de hecho les hubiera dado más protagonismo. En lugar de hacer una historia real que se apoya en las historias, hubiera hecho tres historias que se ramifican en la realidad. Yo que sé. Es más, lo de hacer la tercera "no acuarelable", da la impresión de precipitación y de ganas de cerrar ya el chiringuito. Con lo bien que acaba la segunda, joder...
La trama del padre... psé. A ester tipo de personajes, o lo haces un atormentado miserable que se lamenta a todas horas de lo que hizo, o un padre pródigo que vuelve en loor de multitudes. Pero les ha quedado un personaje anodino, que no transmite nada y (peor aún), no aporta nada a la historia. He conocido jarrones más trascendentales que este hombre.
Y yo que sé... Pequeñas cosas. Juntas a la Weaver, al padre sosainas, a la lentitud del desarrollo, al malo guapote, a ese mensaje filosófico de baratillo disfrazado de moraleja final que ves venir a kilómetros de metraje de distancia... y te sale algo que pudo ser y no es. Una especie de remake de "Cuento de Navidad", que pretende ser más trascendental y se queda en farsa.
En fin, que una lástima. Y no es que no me haya gustado, que lo ha hecho, sino que suscribo la crítica breve más generalizada: es algo que pudo haber sido obra maestra, pero por lo que sea se ha quedado a medio camino. Le pondría un siete, digamos.