Posibles SPOILERS
Tiene algo de cuento kafkiano moderno, pero quizá esté más cerca de una sci-fi paranoica y con trasfondo social al estilo de los “ladrones de cuerpos”, pero adaptada al contexto actual… en cualquier caso, creo que peca de querer ser una propuesta más rara de lo que en el fondo es, se empeña en dejarlo todo bien cerrado y empieza con la metáfora del cuco para que nadie se pierda. El tempo más bien lento tampoco es que me moleste, el problema lo encuentro en que uno pilla desde el principio de qué va la vaina y conforme se desarrolla la trama no hace sino reiterar más o menos lo mismo (el único momento en que parece inclinarse la cosa hacia la ida de olla es con lo del submundo ese bajo el asfalto, pero ni con esas). La urbanización sin salida represente la vida adulta y los miedos de una parejita joven e ilusionada, destruida por la rutina de una existencia prefabricada con casita y niño, una falsa libertad idílica que es la de vivir en un mundo de plastiquete.
El envoltorio visual, por cierto, tiene su gracia y denota a un tipo (el tal Lorcan) que puede hacer cosas interesantes con mejores guiones entre manos. Ella cuida a una criatura egoísta y maligna, con una cultura propia, incomprensible y ajena para los de la generación anterior, mientras que el trabajo extenuante y obsesivo del varón es un intento de huir de semejante realidad de mierda... pero no sólo no conduce a ninguna salida, sino que acaba cavando su propia tumba, acaban ambos siendo consumidos y perpetuando el sistema que los usa como carne de cañón (¿capitalismo, nuestro estilo de vida burgués?)… en resumidas cuentas, muy bien todo ésto, pero fácilmente previsible desde el primer minuto. Los dos protas muy en su sitio y sin destacar demasiado, pero quien merece un punto positivo es el niño infernal, gran acierto de casting.