Encantadora road movie en la que un timador de tres al cuarto y una niña repipi pasan la Gran Depresión dando pequeños golpes. Con Bogdanovich en su mejor momento narrativo y tirando del cine clásico en toda su expresión, un guión que caracteriza maravillosamente a los personajes (como en los mejores trabajos de Bogda) y una estupenda foto en B/N de Laszlo Kovacs, la película sigue una estructura episódica pero no decae en ningún momento; el tono pasa de comedia romántica (filial, mejor dicho) a esa melancolía social tan fordiana (volvemos otra vez a las constantes del cine de este director) y llevadas por una relación deliciosa y magníficamente escrita entre los dos protagonistas. Ryan O'Neal me convence del todo por primera vez (aquí es una mezcla de Cary Elwes y Brad Pitt) y su hija en la vida real Tatum, aunque acusa un poco de debut, funciona en las escenas que debe. Sin embargo, veo su Oscar un poco exagerado...
REPUGNANTE.