Félix se casa con un pedazo de hembra, una relación sana y políticamente correcta, y Ralph vive soñando con la niña del país de las piruletas. El final no deja lugar a dudas y es bastante jodidillo. Si no existiera esa historia paralela de Félix y la soldado no habría ni que mencionar nada.
Es que además te lo ponen así, como una relación a distancia e imposible, cuando en teoría nada impide que se sigan viendo todos los días. Se supone que el Félix y la soldado harán vida juntos.
Tal como está contando esto a mí me ha dejado un poco pizcueto.