Abel Ferrara, genio y figura

la recuerdo bastante suigeneris, pero estaba realmente bien.


y la filmo de Herzog gana por k.o a la de Abel

en todo caso Ferrara siempre ha sido un fullero, es un rasgo de su personalidad.
 
y la filmo de Herzog gana por k.o a la de Abel

De acuerdo en cuanto a mayor numero de peliculas de calidad, pero no en cuanto a diferencia de calidad entre sus grandes obras.

Son 2 de mis cineastas favoritos, aunque totalmente incompatibles en sus ideales y sus referencias.


Y como dato añadido: Abel es el director de 2 de los mejores capitulos de miami vice, elegidos expresamente para él por Michael Mann.
 
"Teniente corrupto" me sorprendió a mi mismo ... porque me gustó: el resto me parecen horrendas.
 
Teniente Corrupto es una locura tan abyecta y sórdida que es hasta muy buena.
 
El rey de N.Y. no la he visto. El funeral me interesó mucho la idea inicial, pero luego me mató. La vi hace tiempo, y le recuerdo como muy tediosa. Igual tendría que revisionar. No tenía otra de unos vampiros urbanos? en B/N? Tampoco la recuerdo como muy allá.....pero de esa si que no puedo hablar con objetividad porque apenas recuerdo...
 
Sí, creo que Herzog gana por soleares a la filmografía de Ferrara, que ojo, tb tiene buenas pelis, como Teniente Corrupto o El Funeral (aunque las vi hace bastante tiempo, la verdad). Y además, los dos siempre me han dado la sensación de que no están muy bien de la cabeza. :cuniao
 
Yo creo que Herzog y Ferrara son la pareja perfecta para discutir, uno bruto como el solo y el otro acido a muerte. La verdad es que Ferrara reniegue creo que Herzog le dara su punto de vista personal al remake.
 
lo que me sorprende es que algunos os hayais visto la filmografia completa de Werner Herzog :preocupado

yo no creo que lo resisitiera...
 
De Herzog lo fundamental y magistral para mí:
Fitzcarraldo
Aguirre, la cólera de Dios
El enigma de Kaspar Hauser
Y los documentales Grizzly man y enemigo intimo

Luego lo demás o es de menor calidad o menos imprescindible.
 
Respuesta: Abel Ferrara, genio y figura

En las horas perdidas:

- “Lo único necesario para que véais mis películas es Internet. A buscar los torrents. Ahí está mi principal distribuidor. Allí están todas. Lo único que no quiero es encontrarme una en la que esté trabajando en ese momento. Es lo único que me da miedo. Pero para el resto, Internet”.

- “La clase de cineastas a la que pertenezco ya no existe. Ahora, ¿qué hay? Scorsese es un importante realizador de Hollywood. Y Oliver Stone. Y Spike Lee. Y los Coen. David Lynch ni siquiera quiere hacer películas. He hablado sobre eso con él, ¿vale? Me doy cuenta cuando me lo dice. Yo estoy loco, y él está entregado a la meditación trascendental. Simplemente ya no están a la altura. George Lucas: echa un vistazo a THX 1138 y después mira el resto. América se basa en triturar nuestro producto. Así es América. Así están las cosas”.

- En algún momento, entre 1990 y 1994, existió un cine independiente. Había una ventana de oportunidad y entonces todos esos tíos se vendieron. No les culpo, porque probablemente me vendí con ellos, pero nunca fue lo mismo. Lo que me gusta es que ahora ya no va nadie al cine y estos tíos dicen ‘¿Qué cojones está pasando?’. Y ahora, ¿qué?. Pues mira tío, justo cuando creías que sabías cómo funcionaba este juego, ahora resulta que ya no hay juego. Yo no tengo la respuesta, ni ellos tampoco.

- ¿Un distribuidor para su film de 2009, Chelsea on the Rocks? “Me parece que esa peli ya no le importa a nadie”.
 
Respuesta: Abel Ferrara, genio y figura

pero tiene su parte de razon, no? sin entrar en consideraciones para con su figura (creo que he visto 2 pelis suyas), esa ola de los 90 de cine indie o bien ha sido absorbida por la industria (aunque sea con FOX SEARCHLIGHT o subterfugios similares) o directamente han desaparecido (y muchos CON RAZON).

no creeis?
 
Respuesta: Abel Ferrara, genio y figura

Teniente corrupto

Mirada al abismo descarnada e infernal, sobre la putrefacción moral de un personaje autodestructivo y su particular via crucis. No se puede decir que sea cine policiaco, no hay caso, ni trama, ni nada, salvo la desgarrada y extrema interpretación de Harvey Keitel, al que vemos durante más de la mitad del metraje metiéndose todo lo metible. No es la obra de un director preocupado por la técnica, sino todo lo contrario, un cine sucio, de planos interminables y ambientes sórdidos de la gran urbe, cine nacido de las entrañas, de la angustia y la desesperación. Lo que ya definitivamente hace de la película algo poco convencional es la alegoría religiosa que supone, cómo en medio de todo esto tienen su lugar la fé y la locura, el sentimiento del protagonista de que dios le ha abandonado cuando más lo necesitaba, extraviándose, y la necesidad de expiar sus pecados de alguna manera cuando se enfrenta a la reacción de una víctima de la violencia (de la cual él mismo forma parte).

Torrente hecha en serio. No sé si me convencen los delirios religiosos y surrealistas, o esa escena de violación que parece salida de una porno. No sé si me convence el propio Keitel cuando se pone a llorar como una niña. Aún así, tiene la oscuridad que tiene el arte de quien habla de sus propios demonios interiores. Pura poesía maldita.
 
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Ángel de venganza

Thana (Zoë Lund) es una mujer sordomuda que trabaja en un taller de costura de Nueva York. Cuando es violada dos veces el mismo día, una por un agresor callejero y otra por un ladrón, decide emprender una sangrienta venganza contra el mundo.

Obra ultraviolenta y primeriza de Ferrara, mitad película de “justiciero urbano” a lo Bronson, mitad terror con “psicokiller” de principios de los ochenta. Puro “exploitation” de violación y venganza con el sello particular del cineasta, incómodo y turbador como de costumbre en su descarnado retrato urbano y de las lacras sociales, aunque sea desde la óptica de una serie B muy sensacionalista y de trazo grueso. Nuestra heroína es una joven inocente que, tras ser mancillada, termina por convertirse en una “femme fatale” a la caza de criminales, harta del mal que la rodea y de quienes la tratan compasivamente como a una anormal, en lo que es un nada sutil discurso nihilista y misántropo, un feminismo entendido de una manera muy cafre y moralmente discutible. La evolución de ella, en este sentido, no está mal planteada dentro del exceso inherente.

Como protagonista, la actriz Zoë Lund, colaboradora cercana de Ferrara y co-guionista en “Teniente corrupto”, es una de esas musas inquietantes y efímeras, cuya interpretación silenciosa es notable, su belleza extraña y turbadora destaca por sí misma (y resulta de lo más convincente). Con unos tics muy ochenteros, como pueden ser la música de saxofón y la presencia de unos secundarios caricaturescos (el jefe mariquita, la vecina excéntrica con el perrito...), llama la atención un tercio final nada complaciente donde se cuela el humor negro, dudo que intencionado a veces, estallando una violencia catártica, irracional y pasada de rosca entre simbolismos religiosos de gran “sutileza” (nótense las comillas); la cólera divina arrasando con la clase acomodada neoyorkina. Magistral.

Una película llena de rabia, de visceralidad, surgida de la más pura cochambre. Dentro de sus cánones, casi una obra maestra.
 
Acabo de ver, mediante un ripeo buenísimo, "Ángel de venganza" (o "Ms. 45", que mola más).

Me ha parecido muy desconcertante, porque aúna una elegancia estética puntual (planos sueltos de excelente composición visual, el clímax final ralentizado) con una brusquedad, a veces, y una urgencia, otras veces, que afean el conjunto general. Me da la impresión de que el montaje es un tanto abrupto. No sé si es del todo deliberado. Leo que su fin era el de mostrar lo que estaba ocurriendo mientras rodaba, así que parece que no quería "filtrar" las imágenes, sino soltarlas como quien las "vomita". Puede que Ferrara buscara un efecto algo caótico, de descuido y de inmediatez que se detiene cuando, de repente, te planta unos encuadres elaboradísimos y casi hipnóticos que te separan de la urbe cotidiana y de la suciedad para elevarte a un instante que te suspende en el tiempo. Supongo que buscaba enfatizar ciertas sensaciones y otorgar al personaje femenino un carácter de misterioso icono que se separa de la realidad. Precisamente, esa mezcla entre fealdad y belleza supone un acicate más.

El final, con ese cuchillo a la altura de la entrepierna, dice mucho. También dice mucho el hecho de ver quién sostiene el cuchillo y sobre quién lo clava (y cómo va vestido).

Como comentas, Harkness, los tics ochenteros son muy notables, gusten o no. Y hay una visceralidad y una incomodidad que son muy personales de un director como Ferrara, aquí a través de una escalada de venganza contra lo masculino siempre y cuando el sexo (o la referencia a él) esté de por medio de algún modo. También la simbología religiosa (al final) es muy característica de su cine, especialmente en sus colaboraciones con una figura que, por otro lado, me intriga mucho: el guionista Nicholas St. John, fiel colaborador de Ferrara y firmante de El funeral, The Addiction, Body Snatchers, Juego peligroso, El rey de Nueva York, etc... ¿Qué habrá sido de él? Veo que su último trabajo fue en El funeral (1996). Igual está dando la misa...

Desconcertante, también, la presencia de la vecina estrafalaria y husmeadora y su perrito, incluyendo algún momento cómico que... no sé...

Interesante, sin duda. Porque, además, aprovecha perfectamente sus 80 minutos de metraje.

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Ferrara jamás ha terminado de llenarme...

Esta es la típica peli arropada por cierto manto autoral psueudoprestigioso, con un póster y una imaginería cojonudas, pero que, una vez la estás viendo, no termina de despegar nunca y acaba defraudando.

Aparte de algún destello inspirado y su factura (que sin ser nada del otro mundo cumple bien), poca cosa. Parece un Besson de los primeros tiempos, con eso lo digo todo. Apoteósico el follón final, eso sí.

Sobre "vigilantes" prefiero mil exploits y series B (desde Death Wish, la primera, al desfase de Savage Streets, con Linda Blair) antes que esto. Más honestos, desenfadados, y carentes de tanta pretensión no alcanzada.
 
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Realmente (por lo que he visto suyo) diría que no es un buen cineasta. Está lejos de ser un esteta o de dominar la técnica, no sabe o no le interesa. Yo creo que su cine es realmente su manera de exteriorizar sus neurosis particulares, es pretencioso y necesariamente imperfecto, a medio cocer... lo cual incluso aumenta el interés hacia él: un individuo inestable y problemático, medio poeta urbano y medio desecho social, que da cuenta de una realidad "desde dentro". Personalmente, me gusta ver ese "me la suda todo" y esa mezcla sin miramientos de zetosidad y sus propios arranques religioso-delirantes (aunque sea irregular e incluso cómico a veces).
 
¿Alguien ha visto "China Girl"?

Ha salido en BD y no sé si merece la pena comprarla...

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New Rose Hotel
(1998)

Adaptación libre del relato de William Gibson y, para mí, una de las mejores películas de los 90. Una pesadilla del futuro en donde el capitalismo se ha tragado cualquier valor humano. Las megacorporaciones lo dominan todo y el único objetivo en la vida de la población parece ser no quedarse muerta en medio de toda la marabunta. Un capitalismo que está a punto de estallar y devolver al mundo diez siglos atrás. En medio de todo esto se construye un triángulo (Walken, Dafoe y Argento) inserto en una trama donde se eliminan todas las secuencias de exposición en una construcción que se antoja cuasi avant-garde donde es totalmente imposible captar todos los detalles si solo se ha visto una vez. Ferrara solo nos concede los momentos humanos en el medio de todo, en escenas que parecen irrelevantes en un primer visionado pero que a posteriori se revelan poseedoras de una concentración absoluta (de gestos, de miradas, de frases evasivas, de acciones definitorias).

A nivel formal es una absoluta maravilla: Ferrara juega con material de vigilancia, cámaras de vídeo, paneos sobre un cielo apocalíptico que sobrevuela una sociedad industrializada hasta los subsuelos y lo inserta todo en un bucle hipnótico y de un romanticismo desolador. La introspección no le concierne a un hombre en estos tiempos, dice Walken. De ahí que X (Dafoe) se vea totalmente abocado al abismo por perderse en esa masturbación mental con Argento (la verdadera ama y mente maestra de la película y de la trama). Una media hora final compuesta de tomas alternativas que nos hacen ver lo que antes se nos había pasado por alto, rodeada de imágenes de un expresionismo asombroso y de un fatalismo desgarrador. Pues en el fondo esta es una película que habla de un mundo totalmente vencido por un capitalismo voraz en donde un hombre bajó la guardia, se enamoró y todo se derrumbó a causa de ese acto. Pero también nos habla de las imágenes y de cómo estas se convierten en la única proyección que tenemos de la gente. La línea entre imagen, realidad, proyección o simple imaginación masoquista se difumina. En un universo tan colapsado, no hay espacio para la humanidad; esta no puede penetrar de manera natural en los hombres.

Ante todo, lo que fascina es el uso de las imágenes por Ferrara, con su particular collage (una faceta que ha continuado desde entonces) de ecos warholianos, en ese cine influenciado por Pasolini o Godard que ahora lleva al paroxismo de lo sensorial con esta New Rose Hotel. Una película pequeña, a priori vacía, pero llena de vida y cine.

Para ver una y otra vez.
 
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The addiction

Una joven estudiante de filosofía es mordida por una vampira y todo cambia para ella, adentrándose en un mundo de muerte y de depravación.

Los vampiros de Ferrara poco o nada tienen que ver con los de toda la vida, pues son más bien una metáfora sobre la naturaleza abyecta y corrompida del hombre, inclinado por naturaleza hacia el mal. Película (o al menos intento de película) de terror existencial, que plantea una visión absolutamente desgarrada y angustiada de la vida, según la cual sólo la gracia puede salvarnos del pecado. Digo intento de película, porque semejante mediometraje estirado y amateur nace muerto debido a unas ínfulas intelectuales y pseudo-artísticas que lo hacen por completo pedorro, indigesto, insoportable, capaz de hacerte sentir como Carlos Boyero viendo sus tan temidas “moderneeeces”.

El desarrollo argumental no existe y lo que nos cuentan no va a ningún lado. Lo que sea que le ocurre a la protagonista es tal vez fácil de intuir, pero imposible de entender, y alrededor de ella van y vienen el resto de personajes, entre ellos Christopher Walken haciendo una especie de cameo, supongo que por ser el compañero de chutes de Ferrara por entonces... lo que hay son pajas mentales, muchas pajas mentales y diálogos supuestamente profundos, con abundantes citas de filósofos, todo muy gratuito y descontextualizado. Quedan, esos sí, retazos de esa atmósfera turbia y documental del mejor Ferrara, conseguida con poco dinero y con un blanco y negro enfermizo.

Me cuesta encontrar una propuesta coherente tras lo que parece una mera excusa del amigo de Abel para dar salida a sus chifladuras insanas sobre la religión y la culpa. Pesa más lo malo que lo bueno.


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Killer (El asesino del taladro)

Slasher perteneciente a la primera época del cine de Ferrara y con él mismo como protagonista: un artista en serios apuros económicos y sumido cada vez más en la desesperación, hasta que encuentra una peculiar solución para sus problemas; atravesar con un taladro a todo bicho viviente.

Como película, un engendro amateur del que poca cosa puede rescatarse, que no funciona ni en sus pretensiones de radiografía urbana pesadillesca, ni tampoco como simple gore descerebrado, siendo además por completo torpe el desarrollo narrativo. Destacan como mucho un par de muertes cafres, con el tipo irrumpiendo bruscamente en escena para atravesar a sus víctimas (por ejemplo, a través de... una marquesina de autobús). Un tanto ridícula incluso la historia, con todos los tópicos del artista bohemio y atormentado a quien nadie entiende, rodeado de una característica galería de sujetos indeseables (un casero pasota, un grimoso marchante de arte…) y que acaba siendo dramáticamente traicionado (en cuanto al pantallazo final en rojo, poco puede decirse ante tal declaración de intenciones).

No puede faltar la neura religiosa, aunque únicamente al principio y sin mayor repercusión, y numerosas imágenes de mendigos y yonkis (las sustancias más diversas debieron de tener un papel relevante al perpetrarse ésto). La cosa tiene su interés, todo sea dicho, como testimonio impagable de la Nueva York más underground y sórdida de finales de los setenta, prácticamente documental, intercalando en medio de la trama las andanzas de un grupo de rock y sus actuaciones, de una forma seguramente improvisada y espontánea… el momento en que un tipo con gafas de sol empieza a soltar paridas y a desbarrar frente a la cámara me ha dado más miedo que cualquier cosa relacionada con asesinos psicópatas y herramientas de bricolaje (me he acordado hasta de Pepi, Luci y Bom… de nuestro Pedro).
 
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