Acabo de ver, mediante un ripeo buenísimo,
"Ángel de venganza" (o
"Ms. 45", que mola más).
Me ha parecido muy desconcertante, porque aúna una elegancia estética puntual (planos sueltos de excelente composición visual, el clímax final ralentizado) con una brusquedad, a veces, y una urgencia, otras veces, que afean el conjunto general. Me da la impresión de que el montaje es un tanto abrupto. No sé si es del todo deliberado. Leo que su fin era el de mostrar lo que estaba ocurriendo mientras rodaba, así que parece que no quería "filtrar" las imágenes, sino soltarlas como quien las "vomita". Puede que Ferrara buscara un efecto algo caótico, de descuido y de inmediatez que se detiene cuando, de repente, te planta unos encuadres elaboradísimos y casi hipnóticos que te separan de la urbe cotidiana y de la suciedad para elevarte a un instante que te suspende en el tiempo. Supongo que buscaba enfatizar ciertas sensaciones y otorgar al personaje femenino un carácter de misterioso icono que se separa de la realidad. Precisamente, esa mezcla entre fealdad y belleza supone un acicate más.
El final, con ese cuchillo a la altura de la entrepierna, dice mucho. También dice mucho el hecho de ver quién sostiene el cuchillo y sobre quién lo clava (y cómo va vestido).
Como comentas, Harkness, los tics ochenteros son muy notables, gusten o no. Y hay una visceralidad y una incomodidad que son muy personales de un director como Ferrara, aquí a través de una escalada de venganza contra lo masculino siempre y cuando el sexo (o la referencia a él) esté de por medio de algún modo. También la simbología religiosa (al final) es muy característica de su cine, especialmente en sus colaboraciones con una figura que, por otro lado, me intriga mucho: el guionista Nicholas St. John, fiel colaborador de Ferrara y firmante de El funeral, The Addiction, Body Snatchers, Juego peligroso, El rey de Nueva York, etc... ¿Qué habrá sido de él? Veo que su último trabajo fue en El funeral (1996). Igual está dando la misa...
Desconcertante, también, la presencia de la vecina estrafalaria y husmeadora y su perrito, incluyendo algún momento cómico que... no sé...
Interesante, sin duda. Porque, además, aprovecha perfectamente sus 80 minutos de metraje.