Abel Ferrara, genio y figura

madre mía pero que es esto???

Solo por ver a Defoe haciendo el loco por las calles de ¿Roma? ¿ París? ya merece un visionado.
 
China girl

Exploitation de bandas callejeras y moderna versión de Romeo y Julieta, en el contexto de las rivalidades entre inmigrantes de origen italiano y chino por el control de sus zonas de influencia en Manhattan. Cuando surge un amor prohibido entre un chico de Little Italy y una chica de Chinatown, ambos pertenecientes a mundos muy opuestos, estallará una guerra entre sus respectivos barrios que sólamente podrá acabar en tragedia. El guión de Nicholas St. John (quien no puede faltar) acierta al equiparar a las dos facciones (aunque inevitablemente contempla más a los italoamericanos como a “los nuestros”), cuyas dinámicas internas se repiten, y al indagar en el choque generacional: los mayores, respetados cabecillas de sus comunidades, han adoptado con el tiempo una actitud pragmática y acomodada (muy inquietante el lider chino), que les permite incluso establecer alianzas a conveniencia para sus intereses económicos… sin embargo, son vistos como traidores por una generación más joven, de vidas más míseras, que se aferran precisamente a una mentalidad tradicional e identitaria, de pertenencia a un grupo y de rechazo hacia quienes son diferentes.

En mitad de estos conflictos es donde entran, con toda su ingenuidad, los tortolitos, que ponen su amor por encima de todo (Ferrara acaba destapándose como un tipo sensible, un romántico para quien lo bello no dura mucho en este mundo cruel). No pueden faltar los apuntes de imaginería católica, con alguna imagen tan significativa como esa virgen haciéndose pedazos (el pecado de la violencia contra el prójimo y la maldición que supone, intuimos), con un funeral un tanto histriónico quizá… en una película en general bien rodada y montada, con unos veinte minutos iniciales sin prácticamente diálogo (una secuencia de baile -dosis letal de ochenterismo en música y vestuario-, seguida de una persecución por calles oscuras y una pelea -buen detalle el de filmar las sombras, por cierto-). Destaca una fotografía llena de colores contrastados, de luces de neón, que realza la atmósfera de cuento urbano y que casi es lo mejor del film. El desarrollo resulta un tanto deslavazado y la historia de amor queda un poco diluida entre lo demás, aunque la simpleza de los trazos con que nos la cuentan (cómo se enamoran, sin hablar siquiera) es un acierto, sin atisbo de empalago.


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Sigo con la respuesta a @Jabamiah en el hilo de Ferrara, porque vale la pena hablar de este tipo.

es la película que más me ha gustado del director desde su GLORIOSA etapa noventera (todavía no veo Pasolini).

Yo estoy viendo y revisando toda su filmografía y he empezado precisamente en The King of New York (1990) y de ahí en adelante (cuando acabe veré sus exploit de los 80), no puedo estar más de acuerdo con tu valoración porque lo que estoy viendo es un torrente de cine a lo bestia de un superdotado que no tiene nada que envidiar a nadie de sus contemporáneos, capaz de mezclar el género con lo underground y unas formidables descripciones tanto de Nueva York como de la sociedad moderna, crítico sin hacer discursos, radical y virtuoso en su heteredoxo apartado formal, en continua evolución y exploración de su arte.

Desde la atmosférica, violenta y casi mitológica The King of New York pasamos a ese Bad Lieutenant, descarnado viaje a los infiernos con excusa policial, en clave cassavetiana y, por ello, también remite a Mean Streets y Taxi Driver; después dos incursiones en el género de terror, muy diferentes en medios de producción, mientras Body Snatchers es un encargo dentro de la industria, The Addiction es una película arty suya más en la que da su visión de Nueva York y su gente, en la de los ultracuerpos se vuelca, sin subrayarlo y sin un solo discurso, en el subtexto de los desconocidos dentro de la propia familia y de la uniformidad militar como foco de la metáfora de la falta de sentimientos de los invasores, saca adelante un propuesta muy seria (sin un solo susto, todo atmósfera), pesimista, descorazonada, sin perder nada de su cine de denuncia, y en la de los vampiros lleva más explícitamente la película a un terreno intelectual ya desde el punto de partida de que la protagonista estudia filosofía, con un b/n característico de ese tipo de cine y unas ideas interesantísimas respecto al vampirisimo como adicción a las drogas e incluso al estilo de vida americano. Después la desromantización de los gángsters en The Funeral, rodada con un clasicismo apabullante y con una estructura de dramón que utiliza el thriller para avanzar entre escenas con fuerte influencia teatral y flashbacks desarmantes. Y la última que he visto ha sido la que me ha dejado noqueado, probablemente mi favorita, The Blackout, un salto sin red en clave metacinematográfica, con un uso de técnicas, formatos, texturas arriesgadísimo para transmitir la parte subjetiva y la onírica del protagonista, con una tensión y un pulso impresionantes durante su corto metraje que vuelve a remitir tanto al mejor Lynch (curiosamente, es del mismo año que Lost Highway y tienen no poco en común) como al mejor Michael Mann y un clímax apoteósico en esa clave meta.

Vuelo como un yonki a seguir con su filmo (que sigue experimentando y arriesgando, recuerdo varias posteriores a The Blackout con propuestas temáticas y aparatos formales fabulosos, basta ver Tommaso) y a disfrutar de este animal insobornable del cine.
 
Última edición:
Debes ser de las pocas personas a las que le encanta The Blackout. Estoy contigo, pero fíjate el puntaje que tiene en páginas de cine y las críticas que recibió cuando se estrenó ¡¡¡una masacre!!! es hora de sacarla del basurero y ponerla en el lugar que le corresponde. Un perro verde maravilloso. Y ese uso de técnicas y formatos que comentas está totalmente justificado también porque la peli es un comentario sobre el dominio de la tecnología sobre la experiencia humana, hasta el hecho de transcurrir en los años 90 es perfecto porque evoca a los videos caseros en VHS y la estética de videoclip. El propio diseño de la película relaciona su naturaleza desechable con la vida del protagonista. La transitoriedad invade su vida, todo en ella es fugaz (incluida su descendencia). Se dirige a una vida sin propósito eligiendo la fantasía sobre la realidad, como dictaba la cultura del videoclip que ahora ha evolucionado y se ha expandido en su tecnología y hace que nuestras vidas parezcan más fragmentadas y que The Blackout se sienta más válida que nunca.





¿Te saltaste Dangerous Game, con Keitel y Madonna o ya la habías visto antes? Es otro perro verde y entendería que te parezca sin pies ni cabeza, pero la recuerdo muy potente. Es de las más experimentales de todas, es sobre un rodaje que termina casi confundiéndose con la realidad, parece que no pasa nada, los personajes hablan, se quieren, después se odian... Hay una escena buenísima con Keitel (el director) ensayando con Madonna y preparándose para rodar, empieza a insultarla y a llamarla ''pedazo de mierda comercial'', ella menciona los círculos del infierno de Dante, discuten de forma salvaje y la escena se vuelva casi difícil de soportar. Nada tiene sentido y a la vez tiene todo el sentido del mundo, es como esa obrita absurda de Sartre donde cada personaje es ''el infierno'' de otro personaje. Cada uno tiene un destino enigmático y confuso que el espectador no alcanza a entender bien, pero lo intuye. Es una película hecha por un colgado estando colgado, Y FUNCIONA. Me encanta su estética oscura y de diseño que empalma con la vida de los personajes y las drogas que consumen, me encanta su nocturnidad, me encanta el mal rollo y confusión que desprende en cada escena. Y encima Bob Dylan te canta Blue Moon.






EDITO: Esta entrevista es divertidísima para comprobar en qué estado estaba por aquellos años. La forma de tocarse la nariz, de mover la mandíbula y reaccionar ante la luz... estaba DURÍSIMO el pobre. Se comenta que antes incluso se había escapado del set y tuvieron que ir a buscarlo.

 
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Debes ser de las pocas personas a las que le encanta The Blackout. Estoy contigo, pero fíjate el puntaje que tiene en páginas de cine y las críticas que recibió cuando se estrenó ¡¡¡una masacre!!! es hora de sacarla del basurero y ponerla en el lugar que le corresponde. Un perro verde maravilloso. Y ese uso de técnicas y formatos que comentas está totalmente justificado también porque la peli es un comentario sobre el dominio de la tecnología sobre la experiencia humana, hasta el hecho de transcurrir en los años 90 es perfecto porque evoca a los videos caseros en VHS y la estética de videoclip. El propio diseño de la película relaciona su naturaleza desechable con la vida del protagonista. La transitoriedad invade su vida, todo en ella es fugaz (incluida su descendencia). Se dirige a una vida sin propósito eligiendo la fantasía sobre la realidad, como dictaba la cultura del videoclip que ahora ha evolucionado y se ha expandido en su tecnología y hace que nuestras vidas parezcan más fragmentadas y que The Blackout se sienta más válida que nunca.

Totalmente! Basta ver cómo resuelve el famoso "blackout" que da título a la película, es una fusión de fondo y forma maravillosa, y lo mejor es que ves que lo hace alguien que sabe lo que hace, que, aunque pueda parecer lo contrario, no pierde el control de la película, esa forma tan radical si toda la película fueran digresiones no funcionaría porque todo parecería caprichoso, en cambio Ferrara acierta de lleno en no dejar nunca la trama de lado para poder dar rienda suelta a ese trabajo de edición en los formatos. En Tommaso habla de ello! De la continua dialéctica entre el control y el dejarse llevar.

Lo de las puntuaciones y las críticas en caliente puede llamar la atención pero, en general, no hay que hacerles ni caso, más en propuestas arriesgadas, basta ver lo que pasa con obras maestras de Carpenter o De Palma. Las mejores de Tarantino son las menos puntuadas. Yo sospecho más de una película actual (con las clásicas el tiempo juega a su favor) que, por ejemplo en Filmaffinity, pasa del 8 que de las que tienen 5 ó 6. Es un poco lo que trata de explicar Ferrara durante toda su filmo, la gente está lobotomizada por la moda y por la facilidad, ahora mismo es impresionante, con miles de series talladas con el mismo patrón y tipos que antes veían películas ahora miran series, solo preocupados por el argumento y, claro, mucho cine se ha contagiado de eso, es lo que vende. Y no he entrado en el tema Marvel, que en realidad funciona como las series.

¿Te saltaste Dangerous Game, con Keitel y Madonna o ya la habías visto antes? Es otro perro verde y entendería que te parezca sin pies ni cabeza, pero la recuerdo muy potente. Es de las más experimentales de todas, es sobre un rodaje que termina casi confundiéndose con la realidad, parece que no pasa nada, los personajes hablan, se quieren, después se odian... Hay una escena buenísima con Keitel (el director) ensayando con Madonna y preparándose para rodar, empieza a insultarla y a llamarla ''pedazo de mierda comercial'', ella menciona los círculos del infierno de Dante, discuten de forma salvaje y la escena se vuelva casi difícil de soportar. Nada tiene sentido y a la vez tiene todo el sentido del mundo, es como esa obrita absurda de Sartre donde cada personaje es ''el infierno'' de otro personaje. Cada uno tiene un destino enigmático y confuso que el espectador no alcanza a entender bien, pero lo intuye. Es una película hecha por un colgado estando colgado, Y FUNCIONA. Me encanta su estética oscura y de diseño que empalma con la vida de los personajes y las drogas que consumen, me encanta su nocturnidad, me encanta el mal rollo y confusión que desprende en cada escena. Y encima Bob Dylan te canta Blue Moon.

Me la salté porque tardé más en conseguirla, pero no le puedo tener más ganas, bueno, a esa y a New Rose Hotel, 'R Xmas, Mary, Go Go Tales, 4:44, ... Algunas las vi hace lustros pero verlas todas como en un ciclo es una pasada, sobre todo cuando el autor vale la pena.
 
Precisamente en Dangerous Game ya presenta muchas de esas propuestas estéticas que después explotaría al máximo en Blackout.

Sigue contando sobre las que veas. Te leo.
 
Muy buena Dangerous Games (1993), que la describes perfectamente. La película que rueda el personaje de Keitel se llama "Mother of the mirrors" o algo parecido, y sirve para definir las múltiples refracciones de la película, el conflicto entre los personajes en esa película de Madonna y Russo se refleja en ellos como actores, se refleja en el director Harvey Keitel y hasta en Abel Ferrara (el personaje de Keitel se enfrenta a las mismas miserias y demonios que el reciente Tommaso sin ir más lejos), que tiene pocos problemas en meter toda su mierda personal en las películas. Incluso puede que esa maravillosa escena que describes entre Keitel y Madonna tenga verdad y Ferrara le hiciera algo parecido a la vedette. Como bien dices, ya juega con las diferentes texturas de imagen aprovechando la película dentro de la película, aunque todavía de una manera no tan radical como llegó a hacerlo después. Me pareció muy Cassavetes la película, muy Opening Night, sobre todo la película que intenta hacer Harvey Keitel, intentando sacar todo de las actuaciones, con esos planos tan cerrados. Interesantísima, y dentro de que todas las de Ferrara son pesimistas, me parece que las dos con Keitel de protagonista se llevan la palma, quizás porque no responden a casi ningún código de cine de género (quizás algo, pero muy poco, Bad Lieutenant) y, en cambio, las demás de los 90 sí lo hacen.

Y New Rose Hotel (1998), directamente, otra obra maestra al lado de Blackout, un milagro que describe fenomenalmente @Rimini en este hilo. Esta sí responde a la perfección a unos códigos, los del noir, en este caso un noir futurista, con una imaginería relacionada con el thriller oriental, muy atmosférica y distópica, esto último, la distopía, no puede ser más coherente con la filmografía de Ferrara que siempre va a saco contra el capitalismo salvaje en sus películas contemporáneas, no es de extrañar que en una futurista todo se haya ido a la mierda. A esa atmósfera contribuye otra vez su juego con los formatos (esta vez móviles, grabaciones de espías, etc) y también la música y los planos generales apocalípticos. En medio de este panorama tan desolador, el núcleo de la película está en un erotismo arrollador (qué barbaridad!) de Asia Argento, que puede desbaratar la frialdad de los planes tanto de los espías como de las macrocorporaciones. La película juega de manera extraordinaria con las elipsis y con ciertos toques de onirismo hasta que llega a un clímax mínimo (también elíptico!) sobre los dos tercios de metraje, a partir de ahí lo que hace Ferrara es pura magia, se dedica casi media hora, de manera totalmente anticlimática y aquí ya con el onirismo apoderándose del metraje, a deconstruir lo que hemos visto con anterioridad, a deconstruir múltiples escenas desde el punto de vista del protagonista y el resultado es una barbaridad, muy difícil de explicar con palabras. La he visto dos veces, porque saberse el argumento no hace más que dar la posibilidad de disfrutar mucho más este caramelo.
 
La de Unos y Ceros es un pedazo de peliculón. Dura 1 hora y 10 minutos (pun).

Y Ferrara es un visionario, ha incluido el Making of dentro de la propia peli.
 
Por si no queda claro mi mensaje era irónico. No se si darle un 1 o un 0. (pun otra vez).

Quizás un 1 por la mini escena de las asiáticas lesbis. :pensativo
 
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