Miren vuesas mercedes que no quería entrar en polémicas ni desviar el tiro del tema al que rondo desde ayer (el infame alzamiento popular y populachista mal llamado revolución francesa), pero han entrado en un terreno que me irrita particularmente, quizás por haberlo vivido (casi) directamente.
Voy a ser franco y directo. El desconocimiento popular y populista del témino "facha" (cuando no se utiliza directamente fascista o nazi), es atroz. Deberíamos implantar como medida popular e inmediata el lavado bucal con producto sanitario regulado (lo que mi abuela llamaba "lavar la boquita con jabón") a todo el que utilice semejantes calificativos para con algún conciudadano contemporáneo suyo. Bastante esfuerzo nos costó erradicar semejantes ideologías y a sus mecenas, como para que ahora se banalice con el término como expresión faltona y facilona para descalificar al contrario.
Señores mios, desconocen ustedes por completo el significado de lo que es un "facha". Por que como imagino que no se referirán a la primer acepción de nuestro ponderado Diccionario de la Real Academia (
2. f. coloq. Mamarracho, adefesio. U. t. c. m.), asumo que se refieren a la tercera (
1.adj. despect. coloq. fascista. U. t. c. s.). Y eso, amigos mios, es prueba evidente de que ustedes no han visto a un fascista más que en pintura o en alguna de las entretenidas películas que para nuestro solaz existen. Y obviamente, no se han enterado de nada.
Un auténtico fascista bebe de las fuentes del ultranacionalismo, es reaccionario por definición, unipartidista, violento, fundamentalista católico y antisemita. Y aún ello no acaba de definirlo, sino sus actos. En los que no voy a extenderme por ampliamente conocidos. Aunque a estas alturas empiezo a sospechar que la pátina que proporciona el distanciamiento temporal empieza también a embotarles el intelecto y ni eso tienen claro.
Afortunadamente a fecha de hoy, es un tipo de personalidad absolutamente extinguida, aún (aunque les parezca increíble) en los elementos subversivos que de cuando en cuando brotan como setas de otoño, con cabeza rapada y brazo en alto. Hoy mismo los hemos tenido hasta en la sopa en los noticieros, a razón de un desalojo (sic.). Estos cachorros, créanme ustedes, se lo harían encima solo con la presencia del
Oberstgruppenführer Josef Sepp Dietrich. Y eso que este personaje era un moderado (dentro de lo que cabe), y como tal acabó. Casi purgado.
El tachar de facha, no ya a estos tiernos cachorros, sino a políticos electos o partidos políticos parlamentarios es, permítanme ustedes la "boutade", una sandez de tal calibre, que no sé si me inspira más risa o rabia contenida. Un poco de seriedad, señores...