Respuesta: Daniel Day Lewis es el LINCOLN de Spielberg
Abandona Spielberg el tono más sensiblero y generalista de su anterior propuesta (Corre corre caballito), tanto en forma como en fondo decididamente familiar, lo que significa que en sus manos suele ser motivo de discordia por lo pueril a veces de su desarrollo. Y lo abandona para centrarse en un momento determinado y determinante en la muy juvenil historia de los E.E.U.U. de América, y apuntando aún más en la figura de uno de los padres de dicha nación. Si Washington & Cía. desgajaron de la vieja Europa el tronco joven de la nueva nación, será Abe Lincoln el que consiga imponer unos valores humanistas y modernos en el bestialismo colonial aún existente.
La película pues narra estos breves momentos de desconcierto mientras la enmienda es considerada y votada, y los intentos en muchos casos nada limpios de Lincoln por arañar hasta el último voto en pro de una causa mucho mayor. Pero el film se me queda cojo; su narrativa fílmica es brillante, su inmersión histórica apabullante, el trabajo de Spielberg y su equipo antológico. Es decir, con todo esto me parece una gran película, pero ni mucho menos una obra maestra y ni por asomo Top Jew.
Cosas a favor? Las ya citadas: cada plano es mejor que el anterior; hay momentos de inmensa belleza y auténtica grandeza espiritual, trabajo en equipo de la plasmación pictórica de Spielberg, la luz de Kaminski y un D. D Lewis que transpira auténtica superioridad moral en cada silencio.
Cosas en contra? El guión… El querer humanizar a Lincoln buscando retazos oscuros de su carácter. A fin de no convertir la película en un panegírico cochambroso (en manos de Spielberg una lamida de órgano presidencial en forma de guión “proAbe” hubiera sido temible), la película oscila en una bruma de autocomplacencia culpable que me resulta artificial. Por eso las aristas del carácter del presidente cuando ha de hacer lo que tiene que hacer, o incluso cuando discute con su mujer, huelen demasiado a justificación anti mitificadora en pro de un equilibrio demasiado forzado.
Por otro lado la comparación con Zodiac me parece de lo más desafortunada (12 hombres sin piedad leiría mucho más al pelo), al igual que el decir que es un Spielberg depurado y seco; es cierto que está contenido pero es un film de Spielberg al 100%, inclusive mucho más maniqueo que Munich que sigo considerando mucho mejor que esta. Como he dicho antes, el “antimaniqueismo” tan impostado para que el personaje de Lincoln resulte creíble precisamente va en su contra. Así como varios tics “made in jew”, sobre todo en el tratamiento de muchos de los votantes en contra de la 13 enmienda, cercanos a una estética de lo grotesco asimilada al mal. Son este tipo de detalles los que me chirrían y me hacen bajar puntos una película que me parece muy buena, pero que se me queda a las puertas de algo más grande.