Que Carmen Calvo nos tome por imbéciles es natural: piensa que todos somos como ella y su presidente. Que pretendan permanecer el mayor tiempo posible agarrados al cargo, también: saben que, por mucho que mienta Tezanos, en unas elecciones ahora mismo no les vota ni la familia. Lo preocupante es que los socialistas coherentes que defienden la idea de España, que los hay, no saquen a estos miserables del gobierno. Por las buenas, explicándoles que lo que están haciendo es indigno, o por las malas, provocando una cuestión de confianza.