Es preocupante hasta cierto punto que el Presidente del Gobierno, y por lo tanto "representante máximo de la democracia" (entre comillas ya que no es elegido por los ciudadanos), tan a las claras diga aquello tan manido de "o nosotros o el caos". Lo hace defendiendo el bipartidismo como base de la "estabilidad", algo muy lógico viniendo de un ¿conservador?
Pero claro, una democracia en teoría tiene otros significados, como representación de la pluralidad. Por lo tanto, si los españoles en un momento dado debido a la crisis de los grandes partidos optan por una alternativa, esta es una representación mucho más democrática que entender el sistema como el juego de alternancia en el poder de dos partidos viejos. Es un juego que ya conocemos en España, y no salió bien. En aquel momento, nuestra infinita capacidad de trampa conseguía una alternancia de dos partidos y dos políticos en base a las necesidades del país, cuando uno ya estaba quemado, el otro ganaba y así sucesivamente. Esto se conseguía mediante el "pucherazo", antes de las elecciones censitarias el sistema sabía exactamente que diputados iban a ir al Congreso y quien ganaría por lo tanto las elecciones y el Gobierno.
Pero sin irme a la época de la Restauración con la cual tenemos más cosas en común de la que nos gustaría creer, solo digo que en un momento como este donde los dos grandes partidos han luchado habilmente por hacerlo peor, creo sin temor a equivocarme que lo que no saben, o no se quieren enterar es que quieran o no (después los españoles diremos otra cosa), están amortizados. Por lo tanto una persona sin credibilidad como Rajoy, mal hace si define la democracia que le ha permitido estar ahí (con matices), como una alternancia entre dos partidos que ha de ser así sí o sí por Decreto Ley. Porque entonces pasa lo que pasa, nadie creerá que en verdad esto sea algo democrático.
Y hombre, no quiero tampoco dejar esto así, como si los unicornios rosas invisibles me parecieran opciones realistas o seguras para un país de mierda como este. No. Quiero decir, que obviamente la estabilidad de un sistema es un valor que aporta seguridad y confianza en los regímenes democráticos. Pero el problema es que ellos se han partido el lomo para que su opción ya no tenga porque significar estabilidad, sino todo lo contrario. Porque aunque no quieran reconocerlo no son más que un atentado contra los derechos más básicos que creíamos poseer y nos han sido arrebatados.
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