Contra lo que no se puede luchar es contra la amargura intrínseca de la izquierda, la inquina natural que tienen contra cualquiera que haya medrado en la vida y disfrute de una mejor que la suya, y ya no digamos de una mucho mejor. Esa rabia ideológica contra los ricos, , que antes tenían que ser gente con mucha pasta y hoy les bastan adinerados. La rabia se abarata. Llevan dentro la podredumbre como gusanos que devoran la carne muerta y eso no tiene cura. Bueno, si. La fortuna. Un golpe de suerte. Que les toque la lotería. Conseguir gratis lo que no están dispuestos a conseguir trabajando. Y entonces cambian. Y uy con esos. La arrogancia de los que no reconocen hacer sido rabiosos.
Aunque con fortuna hay pocos. Los más, los que desean quitarle cuanto más mejor a los que tienen de todo. Y se montan su ficción verbal de un mundo ideal de solidaridad , donde los buenos son los que no tienen nada y los malos los que no reparten aunque les quitan mucho más de la mitad de lo que ganan. Cuando un ladrón te entra en casa si puede no te deja nada, no piensa en llevarse un 25% de tus ganancias, se lo lleva todo y si le cabe y le gusta hasta algún efecto personal sin valor económico alguno. Lo he pasado. El rabioso de izquierdas es ladrón por naturaleza y sólo le vale todo. Quiere vivir en tu casa y llevar tu coche.
Y tener mi tele. De ahí el exilio a un hilo con un título como la última frontera. Vergonzoso. Se les ven las costuras. Yo soy la línea maginot del foro. El primero del 98".