Bueno, pues ya está. He pasado la fase de "vamos a esperar, que seguro que hacen algo y solucionan la situación", a "por triste que sea, llego a la conclusión de que ya, lo mejor que nos podría pasar es que todo se vaya a la mierda". Han podido conmigo y con mi esperanza. Ya no la tengo.
Sé que para mucha gente, esto es poco más que un incordio, que creen poder pasar sin más que unas cuantas molestias y un sueldo algo rebajado, pero unas semanas en familia a cambio. Para mi, y para muchos otros, esto es el fin. Os cuento casos directos. No que me han contado, no que he leído, no. Casos que veo en primera persona. Esta es la realidad de lo que está pasando.
- Un familiar directo. Pequeño negocio de hostelería montado hace año y medio, traspasando previamente otro más grande que tenían. Querían vivir tranquilos, con menos jaleo, pero no querían dejar en la estacada al personal ya existente, ni al que traían del negocio anterior. La suma de todos era una plantilla sobredimensionada, pero que iban sosteniendo como podían a base de tirar de póliza de crédito, que para poner en descubierto el banco era generoso, ya que sabía que acababan cubriéndola más pronto que tarde. Muchas familias viviendo de su esfuerzo, beneficio nulo, pero la satisfacción de las cosas bien hechas. Ahora, no han querido hacer un ERTE y han mandado al personal de vacaciones, pagando religiosamente sus nóminas, pero no pueden hacer frente a los pagos de alquiler. Y el banco que antes abría la mano con facilidad, se niega a aceptar el descubierto. Ahora, que según Pedro I el Guapo, el gobierno iba a flexibilizar los créditos. No les dan ni un euro. Y el propietario de la casa donde viven ya les ha mandado un burofax amenazante por que se han retrasado en el pago del alquiler. Retrasado, porque lo acabaron pagando. Pero el de este mes... Su única esperanza era que la cuarentena acabara pronto. Acabarán en quiebra.
- Empresa que se dedica a hacer instalaciones para una multinacional del sector del bricolage. Casi el 90% de su facturación viene de ahí. Ahora empezaba la temporada alta. Pero con los centros cerrados, no hay instalaciones. Por esta época solían contratar un importante refuerzo de plantilla. Obviamente este año no. Diez familias contaban con esos contratos. No pueden siquiera hacer un ERTE porque perderían su contrato con la multinacional por incumplimiento. Tienen que seguir operativos sin ingresos. Si esto se prolonga más... liquidarán la empresa.
- Otro familiar directo. Fábrica del sector alimentación en el levante español que llegó a ser muy importante, pero a la que la política de importación de la UE había hecho un daño tremendo los últimos años. Sobrevivían a base de inyecciones de capital del patrimonio de este familiar. La facturación ha caido este último mes un 78%. En parte por problemas de producción, en parte por falta de demanda (no son alimentos de primera necesidad, son encurtidos). No les queda nada, y sin ayudas están condenados. Las han solicitado, y se las han denegado. Casi cien personas irán a la calle en unos días, solo que aún no lo saben.
- El hermano de un amigo. Trabajaba en una asesoría, y hace poco decidió montarse por su cuenta. Tenía una pequeña cartera de clientes con la que iba trabajando. Ayer me dijo que el 80% de ellos le habían pedido que liquidara sus negocios. El hará lo propio con el suyo. Había invertido mucho, y ahora no sabe que hará con los créditos que pidió.
Y por último, mi caso particular. Empresa que creé con 22 años, en la que trabajé toda mi vida, estaba traspasándola a otra de un amigo y del mismo sector. La idea era que ellos siguieran con el software que desarrollábamos, con mi apoyo. A tal fin, ya estaban advertidos los clientes y desmantelada mi infraestructura. Quedaban un par de semanas para hacer efectiva la transferencia. Ahora, ellos están tocados de muerte (el sector al que vendían software y se lo mantenían era... la hostelería). Y el traspaso, y por consiguiente mi empresa, muerto también.
Al mismo tiempo estaba montando otro negocio en otro sector para el que necesitaba inversores. La idea era tan buena y rentable, que ya tenía no uno, sino dos personas que se peleaban por poner el capital necesario. Solo estaban esperando el plan de negocio que estaba elaborando. Ahora... ¿quién va a querer invertir en el tejido productivo de un pais que a las primeras de cambio, deja tiradas en el barro a sus empresas? Nadie. Me he quedado lamentablemente tirado. Sin ingresos, sin futuro, y sin ilusión.
Y este es el panorama. Lamento ser tan negativo, cuando probablemente se necesite todo lo contrario, pero por desgracia es lo que veo a mi alrededor. Estoy moralmente derrotado como no lo he estado jamás.