Nos estamos enfocando en como digerirá Sánchez toda esta mierda, y nos estamos equivocando. Es obvio que dejará pasar el tiempo sin hacer nada, acusará a todo el mundo de difundir bulos (hasta a la UDEF y a la UCO si hace falta), sacará cualquier mierda que pueda tapar lo suyo (como lo de Neurona), y venderá hasta a su madre para generar noticias que dejen a la suya en segundo plano (Ábalos huele a cadáver desde aquí).
Sánchez no es el final de esto. El final de esto deberían ser los partidos que lo apoyan en el gobierno. El PP debería actuar de una puta vez como un partido de estado, y empezar a presionar a estos partidos, reseñándoles lo obvio: que si mantienen en el poder a este montón de mierda, se van a pringar. Y que van a perder más de lo que van a ganar o lleven ganado. El ejemplo más evidente, el PNV. Pero los canarios tienen tantos motivos y más. Y Puchi y Esquerra son convecibles, a poco que a uno le muestres el espantajo del otro y la oportunidad de desmarcarse del equipo perdedor.
Y una vez logrados los apoyos (o la renuncia de los existentes, que viene a ser lo mismo), se le planta en la cara la opción de dimitir, o caer en una moción de censura con compromiso formal de convocatoria electoral inmediata. Y Sánchez caería.
Pero... ostias, que había olvidado que vivimos en Españistán.
El PP seguirá mariconeando creyendo que va a recoger votos del PSOE como frutitas maduras haciéndose el progre de baratillo, y el resto de partidos exprimirán la naranja hasta que no quede ni la piel mientras puedan, y esta esté desesperada. Circulen, circulen, aquí no hay nada que ver.