Lo más absurdo de toda esta situación dantesca, es que parece que quien defiende realmente los intereses de España son los holandeses ya que lo que le piden a Sánchez es lo que Sánchez debería hacer por el bien del país y de la economía, tanto si hubiera crisis como si no. Los holandeses flipan. ¿Cómo es posible que un país hiperendeudado, con la economía hecha unos zorros, con unas expectativas de recuperación tan ominosas, con una gestión de la pandemia absolutamente lamentable, se niegue a adoptar medidas convenientes para sanear y recuperar la economía? Pues muy fácil: Sánchez es un rehén cautivo de su alianza de gobierno, una alianza que se cimentó precisamente con unos postulados totalmente contrarios a lo que ahora sería necesario hacer (es decir, la premisa del pacto era despilfarro de dinero, más deuda, suprimir la reforma laboral, pintar las calles de morado y arcoiris, comprar coches eléctricos y "hayudar a la jente"), y Sánchez sabe perfectamente que los populistas de Podemos se están ya desangrando como se ha visto en las elecciones vascas y gallegas, y no soportarían una "traición" a sus bases comulgando con los condiciones europeas de austeridad y recortes de gasto.
Yo tenía ya un bajo concepto de los políticos, pero lo de este gobierno sobrepasa todo cuanto me imaginé.