Pedro no es ningún genio. De hecho, casi acaba linchado a las puertas de Ferraz. Y ha demostrado sobradamente su incapacidad extrema. Su "habilidad" es otra. La misma que le salvó del linchamiento: Actuar sin pensar en las consecuencias ni en la imagen. Que te la sude todo. Siempre habrá gente que le vote, y eso lo aprendió rápido. Dando igual lo que haga.
Desde ese lamentable rescate a la secretaría general por parte de "las bases", lo tuvo claro, y no hace otra cosa más que explotarlo. Y ni siquiera eso es una habilidad o mérito suyo, es cosa de Iván Redondo, y el se limita a aplicarlo. Hasta límites tan vomitivos, que ni el propio Redondo ha podido soportarlo más. Pero que le funcionan.
Partimos de un concepto: Hay gente a la que parece que le guste que le meen en la cara. Y si, hay una masa crítica e imperturbable, eso lo sabíamos todos, pero lo de la progresía no es ni normal. El votante de derechas es más reflexivo, y aparte de esa masa irreductible, hay un alto porcentaje que, si su partido la caga, le de la espalda (véase la debacle de Aznar). No digo que en la izquierda no lo haya, pero son mucho más "maleables". Y eso es lo que le enseñaron a hacer a Pedrito, y lo que está haciendo. ¿Como? Es más que evidente. Hay unas pocas líneas fundamentales para ello.
1) Demonicemos al adversario. Si hacemos ver que son aún peores que nosotros... nos votarán. De ahí el ahínco en la "extrema derecha", el reesucitar a Franco, o en reflotar cualquier escándalo pasado, por nimio que sea. Hay que hacer ver que son el demonio. Period.
2) A colación de esto, meterle el miedo en el cuerpo a la gente. Si los convencemos de que llega el fascismo, el apocalipsis, el mal en estado puro... la gente optará por lo malo conocido.
3) Difundamos la idea de que "todos son iguales". Si la gente acaba por creer que, esté el que esté en la Moncloa, va a hacer lo mismo, dará igual a quien votes. Y si te da igual... ¿Por qué no votarnos a nosotros, que al menos nos preocupamos por "la jente"? (no como esos fascistas).
4) Apropiarnos de todos los logros de la democracia. Si tenéis derechos, es gracias a nosotros. Pero al mismo tiempo destruyámosla si eso nos permite mantenernos un mes más en el poder. ¿Contradictorio? Si, pero que más da. Cuela, siempre cuela.
5) Si surge algún problema que antes achacamos al adversario cuando éramos oposición (por ejemplo, el precio de la luz), démosle la vuelta, echemos la culpa a cualquier cosa que hicieron ellos hace años, y prometamos grandes cosas que sabemos que no vamos a poder cumplir (véase la entrevista de ayer). Da igual, la gente es imbécil, y se conforman con eso. Y nunca nos exigirán que cumplamos lo prometido. Es raro, pero la experiencia nos dice eso (es ya enternecedor recordar a Rubalcaba diciendo que la gente no se merece un gobierno que les mienta).
5) Una vez la "lucha social" ha perdido todo su sentido, creemos nuevas luchas. La de las mujeres, la LGTBI, la de los pobres inmigrantes maltratados por la ultraderecha racista... Lo que sea. Da igual que España sea el país menos violento y más paritario de Europa, creemos un problema donde no existe ninguno, porque necesitamos un objetivo, algo que darles para luchar, una meta, unos ideales. Y si no les gustan, tengo otros.
Ese es el guión que dejó escrito Redondo. Y este se limita a aplicarlo, machaconamente, y usando todos los recursos del Estado (y los medios comprados) para ello. No es genialidad, es tesón y tener una oposición que ni está, ni se les espera. Una oposición que ha dado la batalla por perdida y se limita a minimizar daños y a intentar copiar el plan en cuanto pueda, mientras ataca a VoX para cerrar la brecha que va dejando a la derecha, allá donde estaba su territorio y que ha dejado abandonado.
Y mientras sigamos teniendo este porcentaje de anormales que se tragan el plan y este PP de mierda, seguiremos así. La culpa es de ellos, no de este incompetente manipulador. El hace lo único que sabe hacer, como las serpientes.