(
The wolfman, Joe Johnston, 2010)
Remake de la versión de 1941 dirigida por Curt Siodmak donde intenta ser lo más fiel posible, de forma mucho más templada de lo que podría parecer y con una ambientación lograda, jugando en todo momento con una narrativa comedida, dándole tiempo a los personajes para que tanto sus historias como sus motivos no estén expuestos a un sinfín de añadidos que pudieran hacer tropezar a esta historia de corte clásico, jugando muy bien con el estilo gótico romántico donde la ambientación lo es todo. No se puede negar que quizás tiene un problema (notable) de falta de definición o quizás de navegar a dos aguas debido a problemas de producción pues por un lado tenemos la película de terror clásico mientras que por otro tenemos un cine de terror psicológico donde los golpes de efecto y los impactos visuales juegan de una forma extraña a la par que interesante pero hace que uno tenga la sensación de estar contemplando una película completamente distinta.
Pero se agradece que Johnston decida tirar por el cine de terror a la antigua usanza, jugando con el suspense previo, manteniendo la tensión gracias a elementos naturales (el bosque, la niebla, páramos, etc.) incluso con puntos de vista subjetivos pero sin escatimar en golpes de efecto bruscos y bastante sangrientos como decapitaciones, desmembramientos y desgarros varios. Al igual que se agradece volver a los orígenes del hombre lobo en cuanto a presentación donde lo físico tiene mayor presencia que lo infográfico, volviendo a la bestia clásica como ya sucedía en el original con Fisher siendo un hombre lobo provisto de capas y capas de maquillaje (aunque tengo que reconocer que los efectos CGI, en este caso, me resultan muy convincentes aunque haya algún momento puntual que otro un tanto cantoso).
Película de personajes donde Benicio del Toro cuenta con un trabajo actoral muy intenso debido, precisamente, a su comedido papel intentando no excederse en el histrionismo con un personaje que cuenta con vía libre para ello y un enfrentamiento psicológico y mental tanto en el descubrimiento de su pasado y su futuro mientras se enfrenta a su propio padre al descubrir la verdad de todo el asunto (también es cierto que aún siendo un final poco sorprendente me gusta el respeto con el que juega Johnston y guionistas a la hora de exponerlo). Al igual que Hopkins, un actor siempre entregado, ofrece un papel meticuloso y rico en matices siendo el momento del manicomio donde le expone la verdad a su hijo el más interesante de todos. Quizás Emily Blunt sea la más desubicada o la menos interesante por no llegar a estar a la altura de las circunstancias aunque haya cierto esfuerzo por su parte en resultar todo lo dramática posible.
Contando con unas cuantas escenas realmente conseguidas (la primera muerte con la garra del lobo en primer plano, la primera transformación, la escena del manicomio donde Talbot sufre una infinidad de torturas tanto físicas como psicológicas, la matanza en el poblado gitano o incluso la más llamativa en un Londres victoriano donde podemos ver a la bestia suelta con cierto aroma al cine de superhéroes) al igual que cuenta con planos realmente conseguidos (esas teclas de piano manchadas de sangre). Quizás el guión no acaba de ser todo lo redondo que debiera y le falla cierta arritmia narrativa en algún momento puntual que otro (ellos dos tienen muy poca química por mucho esfuerzo que haya) pero el diseño de producción está muy logrado al igual que el trabajo de Rick Baker homenajeando las labores del maestro Jack Pierce y la dirección de Johnston, modélica en más de una ocasión y más aún viendo el tono que suelen llevar las películas de monstruos basadas en los monstruos de la Universal, hacen que "El hombre lobo" (2010), a pesar de contar con un exceso de sustos amparados en el sonido, sea un título más que respetable. Sobre todo por darle un final, para mi gusto, sin apenas tara y jugando perfectamente con la idea de que el amor puede con todo y da libertad. Y sin necesidad de rocambolescas propuestas.