En una ciudad importante pero pequeña, García Aller se ha paseado durante años por cuantos foros han querido escucharle el mensaje de que Vox no era de extrema derecha, sino "liberal y conservador". Y el partido, hoy, "ya no está en esas coordenadas; y, si lo está, lo disimula muy bien", dice este empresario de la comunicación, antes de asegurar que Vox "se está escorando hacia posiciones que no me gustan, y no solo a mí, sino a mucha gente. Esta sensación no está solo en León. Hay dimisiones en cadena de ejecutivas enteras".
El leonés lamenta la confección de unas listas "en las que está entrando gente procedente de Fuerza Nueva, Democracia Nacional, el Opus Dei... gente con un perfil muy determinado. Vamos, que no entra gente que venga de Podemos precisamente".
La acumulación de fichajes de militares retirados también aviva el fuego entre las bases. "No está mal que haya militares, por supuesto, pero ¿y la gente de la cultura? ¿y la gente de la ciencia?", se pregunta la excoordinadora local cántabra. García Aller lo explica desde otra perspectiva: "No me parece mal que se incorporen militares retirados. Otra cosa muy diferente es quiénes sean cada uno. Entre esos militares hay personas que hace cuatro días han firmado un manifiesto a favor de Franco. Y Vox no es el foro para defender a Franco".