A pesar de todo, estamos obligados a entendernos. O tendemos puentes de diálogo con los musulmanes moderados, o alimentamos la desconfianza mutua que desemboque en una guerra Oriente-Occidente.
En cuanto al conflicto de Siria, lo que debería hacer Occidente es suspender inmediatamente la ayuda militar a los rebeldes hasta que no se entreguen los salvajes que han asesinado a los religiosos cristianos, para que sean juzgados.
No podemos cerrar los ojos a esas atrocidades. No puede ser que esas hordas salvajes estén en el mismo bando que nosotros.