Eso no lo pone en duda nadie. El tratamiento es jodido y es normal que a la gente le de miedo pasar por todo ese proceso, máxime cuando ni siquiera tienes garantías de sobrevivir. Los charlatanes siempre han sabido sacar provecho de los temores de la gente; si la gente no tuviese miedos, no habría nada de lo que aprovecharse. Y el otro elemento que propicia la proliferación de las "terapias" alternativas son, por supuesto, las flaquezas del propio sistema. Es evidente que si tu médico es una persona súper seca que te recibe en un despacho frío y te despacha en 5 minutos, y tu curandero es una persona súper entrañable que te recibe en un ambiente acogedor y te dedica entre hora y hora y media de atención personalizada por sesión, haya gente que se sienta mucho más a gusto yendo al curandero que al doctor, máxime si te aseguran que te vas a curar de manera indolora y sin efectos secundarios. No cabe duda que una buena manera de luchar contra la superchería sería mejorando la comunicación doctor-paciente.