nogales dijo:
Minority report es una obra maestra hasta su minuto final, que la jode por completo. Espantoso epílogo que mancha cual borrón de tinta en un plano arquitectónico una obra colosal.
Esto es lo que yo escribí al respecto en una reseña en mi blog: "
Y por supuesto, al film no le falta un final lógico, pero de sabor amargo, por mucho que los prejuicios derivados de habernos acostumbrado a Spielberg como “el embajador de la buena voluntad” (palabras suyas, en plan broma) puedan hacernos creer que se trata de un final feliz. Nada de eso, y lo mismo sucede con Inteligencia Artificial. El plano con que concluye Minority Report, que nos muestra a los tres Precogs solos en una choza en medio de la más absoluta nada, no conlleva ninguna alegría, sino más bien tristeza. Y John Anderton recupera a su mujer, sí, pero no a su hijo, y todo a costa de desembarazarse de su fantasma tras una tortura de seis años, al igual que la Precog Agatha (Samantha Morton) con respecto al fantasma de su madre (es interesante señalar, por cierto, que la caída definitiva de ese sistema aparentemente perfecto llamado PreCrime conlleva la redención final de ambos personajes; hasta tal grado están ambos hermanados)."
Creo que muchas veces el final se malentiende, con esa musiquita tranquila de Williams, Cruise con su mujer, y tal; pero no es feliz. Y tampoco negativo; es medio,
amargo. Está claro que podría ser MUCHO más negativista, desde luego, como historias tipo '1984'. Anderton podría haber acabado con sus huesos en ese coma permanente... Max Von Sydow podría habérselo cargado y el sistema de PreCrime continuar vigente sin que el secreto hubiera salido a la luz... etc. Pero un final así YA no hubiera aportado nada más al trasfondo de la película "per sé", porque el mensaje de la misma está ya más que dado. Así que llegada la conclusión del film, entre hacerlo negativo, medio, o positivo, Spi escoge medio. Ni uno ni otro, porque un final negativo, insisto, no hubiera aportado más en un film que ya de por sí es suficientemente contundente en su imagen crítica de nuestro futuro y de la implícita imperfección de los humanos.
Lo único que SÍ habría conseguido es, eso sí, agradar más a los detractores del judío o, por extensión, a quienes piensan que para que una película sea más contundente tiene por cojones que acabar MAL.