Pues de conseguir una mesa in extremis gracias al hermano @Seoman, disfrutamos como gorrinos en el Teatro. Que sublime, que delicadeza y contundencia, que maravilla de platos… para terminar con media vaca masajeada por birmanos vírgenes que nos hizo saltar las lágrimas de lo buena que estaba
Y cuando crees que está todo, aparece un mancebo con una máquina de hacer carpacio de chocolate que nos dejó locos, seguro que era pecado solo mirar. Y para terminar, un buen Gilimonguer y a casa con una sonrisa de oreja a oreja
Otro por aquí, que ha disfrutado de la experiencia que es cenar en Teatro. Mesa reservada gracias al amigo @Seoman y su Magia.
Es, como definió una chica que vino con nosotros, “laberinto de sensaciones” donde en cada bocado podías apreciar olores, sabores y texturas completamente diferenciadas, muchos de esos bocados aprecias claramente la de horas de preparación que hay detrás.
Totalmente recomendable, repetiremos seguro.
Por cierto, nos estuvo sirviendo la mayoría de platos Oscar, en el punto exacto de amabilidad e intromisión, Perfecto.
La guinda del pastel, unos cócteles en el Backstage, al cual se accede directamente desde el restaurante.
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