No se si he visto una incalificable obra maestra o un bodrio de los que hacen época, lo juro. Una de las películas más gayer de la historia, a buen seguro, apoteosis de lo “camp” y fantasía pulp en estado puro. Aventura espacial de una inocencia absoluta, con un guión que parece escrito por y para niños de diez años. Y qué decorados, qué vestuario, qué imaginería estética... te imaginas mucha cocaína dando vueltas por el rodaje (ese pasadísimo líder de los hombres-halcón) y entonces lo entiendes todo. Por si fuera poco, hereda casi todos los tópicos de la mentalidad de la guerra fría; de un conservadurismo atroz, superbuenos y supermalos orgullosos de serlo, la novia de Flash que se enamora a los cinco minutos, el científico que hace cosas de científicos. Flash es América (muchachote rubio, heroico, deportista, etc.) enfrentado a un imperio del mal que son una mezcla de nazis, comunistas, chinos y enemigos de América en general (saludan diciendo “hail”, viven en una especie de Kremlin, haven lavados reeducativos de cerebro, son asiduos a unos placeres exóticos y orientales...). ¡Y los títulos de crédito comiqueros, como después Marvel!
El científico recuerda una serie de cosas para evitar que le borren la memoria; Shakespeare (la cultura occidental), el Talmud (la tradición religiosa), los trabajos de Einstein (el progreso científíco) y las canciones de los Beatles (la cultura pop moderna). Aún así, todo tiene un componente sexual un poco turbio. La tortura de la princesa zorrón, con unos misteriosos “gusanos perforadores” (que esa es otra, la mujer buena es una tontita sumisa, la mujer mala es una puta ninfómana), la extraña “iniciación” de los hombres verdes esos, la sicaria de Ming en plan dominatrix con el látigo, etc. etc. Hoy nos reímos de ella, y podrá ser muy kitsch, pero como película es toda una superproducción de la época, técnicamente bien resuelta por Hodges y sin ofrecer una impresión de cutrez o de serie B de cuatro duros. Hasta la banda sonora de Queen hace memorables algunos momentos como el asalto final a la nave, la escaramuza en plan partido de fútbul del principio (surrealismo total)... por no hablar de la influencia lucasiana, un planeta selvático en plan Dagobah, una ciudad en las nubes, un villano secundario que parece Vader...
Imprescindible.