¡Grande Ferrari! ¡Dando emoción a los ya de por si impresionantes entrenamientos de Spa poniendo a un piloto asesino que no sabes por donde te saldrá! Ha quedado último, pero el juego que ha dado el colega ha sido grande. Por un momento hemos visto una película de terror mientras ondeaba al viento belga la bandera amarilla que ha provocad.
No entiendo nada, la parrilla final es de lo más aleatorio que pudiera imaginar, es como si alguien hubiera hecho un "random" en los reglajes de todos los coches.
Al menos han sido cautos y le han mandado parar. Se ve que en esta ocasión, han pensado bien en lo que les podía caer en el caso de dejarle en pista sabiendo que algo estaba mal.
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