He estado revisando el segundo Crack, y bueno, aunque se la suele poner por debajo de la primera entrega, yo creo que es francamente lo mejor que ha rodado Garci en toda su carrera. Manejando un ritmo lento pero hipnótico, que avanza inexorablemente hacia un anticlimax donde Areta descarta ya la venganza, y se limita a tratar de seguir con su vida, aceptando las cicatrices que le han quedado y tratando de ser feliz con lo que tiene. Se le puede achacar, como siempre, un excesivo tono literario en los diálogos, que llega a su más alta expresión en las escenas con Rafael de Penagos, escritor y legendario actor de doblaje, cuya participación en esta peli podría editarse casi en formato de audio libro. Ni siquiera las escenas con el Moro, personaje que se supone que conecta a Areta con la idiosincrasia y el lenguaje real de la calle, se salvan de este encorsetamiento.
Otro elemento que se me antoja disonante es el del personaje de María Casanova, quien no parece arrastrar ninguna secuela de lo ocurrido en la primera entrega, y entrega todo de su parte a Alfredo Landa cual madonna amorosa y redentora. Este punto es interesante, porque uno de los elementos que aleja a Garci del Noir puro es su falta de creencia en la mujer fatal, los personajes femeninos del director siempre parecen ensoñaciones de su propio ideal romántico (inalcanzable, claro) en la vida real. Supongo que es parte de la influencia del western que algunos han querido ver en los dos Cracks.
Pero vamos, por lo demás creo que la película está fenomenalmente interpretada, escrita y fotografiada, con las localizaciones, sus horas de luz y encuadres perfectamente escogidos para dar esa sensación de desolación, incluso en escenas de tráfico, gentío y luces navideñas. La música de Jesús Gluck en general contribuye de manera notable al tono lánguido de la propuesta, pero ofrece pocas variaciones y se acerca peligrosamente a lo machacón, especialmente en el tercio final. Esa también es una de las peores costumbres de Garci, la manera en la que concibe la banda sonora, como si no quisiera gastar más de lo necesario y obligase a contratar una bso lo más mínimalista posible y repetirla una y otra vez, o bien coger un tema de música clásica para no tener que pagar derechos y repetirlo también de manera obsesiva.
Por cierto, eso de que el Crack haya podido influir en Tarantino, ¿hay alguna declaración al respecto del interfecto
?
Por supuesto, y siendo consciente de que el Garci actual anda ya muy lejos del de hace 36 años, espero con muchas ganas la precuela.
Un saludete.