Respuesta: Grandes cuestiones de la humanidad
Hay días que niego por completo la existencia de cualquier tipo de ente superior
Yo no niego la existencia de un ente superior. El universo es muy grande, y creo que es muy posible que existan inteligencias superiores a la nuestra.
Pero de ahí a que esas inteligencias superiores velen por nuestra seguridad y que nos manden al cielo o al infierno en función de cómo nos comportemos, creo que hay un trecho.
Yo me considero agnóstico, y opino que ser ateo o creyente supone seguir esquemas tanto racionales como irracionales
No creo que ser ateo implique necesariamente seguir un esquema irracional. No creo en Dios, porque no tengo experiencia directa de él, y además no existe un sólo hombre en toda la historia de la humanidad que haya podido ofrecer una prueba de su existencia. No creo en Dios como no creo en Papá Noel o en el Ratoncito Pérez, y del mismo modo que no diríamos que no creer en Espinete es irracional, tampoco creo que lo sea ser ateo.
Aunque es cierto que la confianza ciega en la razón y en la ciencia sí puede conducir, en ocasiones, a la irracionalidad, no creo que esto sea aplicable al ateísmo.
He leído este pequeño artículo sobre enfermedades inventadas y me ha parecido curioso, en relación a la ciencia.
http://www.bebesymas.com/salud-infa...antes-de-morir-que-es-una-enfermedad-ficticia
Hombre, es que en parte tiene razón. El (T)DAH no es una enfermedad, es una condición.
txemix dijo:
Algun ejemplo de veneración irracional a la razón?
El del TDAH que a enlazado seaker es buen ejemplo. A día de hoy atiborramos a miles de niños con pastillas y nos escudamos en argumentos científicos.
No es un caso muy diferente al de los mal llamados "tests de inteligencia", que fueron inventados en 1910 por un psicólogo francés, Alfred Binet, por orden del gobierno francés, con la finalidad de identificar a los niños con necesidades educativas especiales. Los test mostraron una efectividad tan grande, que se pronto se pusieron de moda, y la gente pronto empezó a usarlos para todo, y a aplicarlos a todo el mundo. Y lo que los tests demostraron es que los caucásicos éramos mucho más inteligentes que el resto de etnias, las que puntuaban muy por debajo en todas las pruebas, y que había un alto índice de correlación entre criminalidad y bajo cociente intelectual.
Y eso es lo que hizo que durante el primer tercio del siglo XX cobrase fuerza el movimiento eugenésico, el cual defendía que había que evitar que todas las etnias no blancas siguiesen procreando para erradicar la criminalidad de la sociedad, y todo esto lo defendían utilizando pruebas científicas. Puede que a día de hoy Hitler nos parezca el diablo reencarnado, pero en el fondo el tío no fue más que el primero que se atrevió a poner en práctica lo que numerosos científicos norteamericanos llevaban años propugnando.
Por supuesto, el problema es que se estaban utilizando mal los tests, los cuales eran fiables y válidos para medir aquello para lo que fueron originalmente inventados (las dificultades escolares de los niños europeos), pero que obviamente dejaron de ser fiables y válidos en el momento en que se quisieron usar para medir otras habilidades y en grupos de sujetos diferentes.
Tanto el ejemplo del TDAH como el de los tests de inteligencia demuestran cómo creer ciegamente en la ciencia puede acabar resultando tan irracional como creer en los duendes.
Y es que el problema no está en el método científico, que en sí es perfecto e infalible. El problema está en que los humanos somos imperfectos y nuestra manera de captar e interpretar la realidad es muy limitada, y que es muy fácil "contaminar" las evidencias científicas con nuestra subjetividad.
Con todo, y aún siendo consciente que la mente humana es muy limitada y que hay cosas que no llegaremos a entender nunca, siempre voy a creer más en una teoría científica que en un mito. Porque el mito no es más que una historia que se le ocurrió a uno un día, y se le ocurrió esa como se le podía haber ocurrido cualquier otra. Una teoría científica está basada en rigurosas observaciones y mediciones de la realidad. Nadie podrá jamás demostrar cómo nació el universo, pero existen cientos de indicios que apoyan la Teoría del Big Bang, y cualquier ser humano, con instrumental adecuado, puede verificar la veracidad de dichos indicios. Puestos a creer en historias sobre el origen del universo, prefiero creen en el Big Bang antes que en las explicaciones que dan las religiones.