Creo que ya está todo dicho. Deslumbrante hazaña formal con un argumento de serie B llevado sin muchas estridencias (básicamente, una historia de náufragos perdidos en el espacio). Un espectáculo visual digno de ser visto en la gran pantalla, que no ofrece respiro al espectador, y toda una montaña rusa de sensaciones, alternando momentos de calma con otros de suspense, de caos catastrófico puro y duro, e incluso de terror. Cuarón asume el concepto de realizar una película en gravedad cero hasta las últimas consecuencias; la cámara flotante, la pura coreografía de elementos dentro del plano, la falta de orientación y de referencias espaciales, que proporcionan al punto de vista de la cámara una libertad total… conforman una experiencia singular, algo nunca visto hasta ahora, me atrevería a decir. La minuciosidad de cada plano secuencia, como por ejemplo el que sirve de introducción, diría que es imposible de asimilar en un único visionado. Incluso el sonido, con sus ruidos, silencios y música añadida, es del todo brutal.
En cuanto a lo demás, los personajes es cierto que no dan para mucho. Clooney interpreta a un secundario típico que no me creo para nada, y que me resulta insportable en su verborrea y gracietas constantes (su desaparición es muy dramática, pero me alegré de no tener que seguir oyéndole). A la Bullock puede que le venga grande el llevar la peli entera sobre sus espaldas, la pifia cada vez que abre la boca, pero tampoco creo que la actuación sea un aspecto clave en esta propuesta precisamente. Su telefilmero trasfondo es un mal necesario para colar una metáfora tan simple como efectiva (y obvia a ratos, con sus simbolismos religiosos y fetales); un fantasma triste y perdido en medio de la nada, y su doloroso renacimiento de vuelta a la materia (primero en el agua, y finalmente en la tierra firme/barro primordial, a aprender a caminar y estar vivo de nuevo). Bonito, optimista, aunque en manos de un Ron Howard tal vez sería una mierda.
Un poco estropeada por concesiones cómicas y dramáticas a la platea (los aullidos, la reaparición en plan Pepito Grillo, etc.), pero pese a todo, una película apabullante, arriesgada, en la que incluso el 3D lo veo adecuadamente empleado para darle más profundidad a la imagen, e incluso como recurso emocional (la lágrima). Con sus más y sus menos, Cuarón ha parido una obra de arte y un divertimento de multisalas todo en uno, pero sin llegar a la brillantez de “Hijos de los hombres”, me parece a mí.