HACKSAW RIDGE - la próxima de Mel Gibson (director) en la 2ª Guerra Mundial

Hay un punto en que exageras el personaje para llamar la atención, hay otro punto en el que se te va ese personaje y se te ve el plumero, y luego está ese texto.
 
Mel Gibson con 2 cojones... por Juan Manuel De Prada

(el texto es real y esta publicado y encima no ha visto la peli todavia, pero le da igual)

Vuelve Gibson

Si mañana resucitase Plutarco y se ofreciese a escribir mi biografía, sólo le pediría que escribiese de forma paralela la de Mel Gibson, un artista como la copa de un pino, un carca glorioso, un macho alfa sin parangón en el globo terráqueo, un genio desembridado y sufriente al que han intentado mil veces crucificar. Pero Gibson cuenta con un Dios que sabe cómo salir de la tumba; y, aunque le lluevan ostias hasta en el carné de identidad, se levanta una y otra vez, viril y tumefacto, carcajeándose de todos los boquimuelles de la corrección política, meándose encima de todos los moderaditos de corazón duro y polla blanda que ponen el grito en el cielo cada vez que Gibson suelta una procacidad o un improperio. Va por vosotros este artículo, patulea.

Cuando ya parecía muerto y enterrado, vuelve Mel Gibson a la dirección con Hasta el último hombre (Hacksaw Ridge), una película que mientras escribo estas líneas aún no he visto; pero ni siquiera necesito verla para intuir (¡para saber!) que será grandiosa, porque Gibson guarda en el pecho la llama del arte, que ninguno de esos mequetrefes que lo detestan podrá apagar jamás. Mel Gibson está inspirado por Dios, alumbrado y calcinado por Dios; y aunque lo hayáis relegado al ostracismo, aunque lo hayáis metido en todas vuestras apestosas listas negras, aunque hayáis conseguido que las masas cretinizadas abominen de su figura y lo tachen de machista, racista y no sé cuántas chuminadas más nunca podréis acallar su genio, que es como un magma ardiente que anega vuestra insignificancia de mingafrías, vuestra inepcia de eunucos que saben cómo se hace pero no pueden hacerlo. Y Gibson, que sabe cómo se hace y puede hacerlo con la misma facilidad con que se tira un pedo, os va a golpear de nuevo con su arte hiperbólico de león rugiente que jamás podréis domesticar, con su desmesura épica y su arrogancia de cisne negro que levanta majestuoso el vuelo cuando ya creíais que lo habíais derrotado. Tendréis que inclinar vuestra testuz de bueyes capones ante la apoteosis de este toro salvaje que brama y embiste; tendréis que morderos los lagrimones de la rabia y la impotencia, mientras os coméis atildadamente vuestra ración de alfalfa posmoderna, mientras seguís escudriñando las cagarrutas del arte anémico, asténico y sistémico que habéis entronizado. Y veréis de nuevo el humo de las ofrendas de Gibson alzarse orgulloso hasta el cielo, como Caín veía el humo de las ofrendas de Abel, mientras os corroe la envidia.

Nunca pudisteis perdonarle que fuera un católico acérrimo, de los que rezan en latín y follan a chorro libre; nunca pudisteis soportar su versión salvaje de la Pasión de Cristo, cuyos fotogramas caían sobre vuestra alma lechuguina y bardaje como el agua bendita cae sobre la piel del poseso; nunca pudisteis tolerar que se atreviera a filmar una película tan aguerrida y desorbitada, tan crudamente humana, tan desvergonzadamente divina. ¡Estabais tan cómodos y satisfechos con ese catolicismo meapilas y sentimentaloide, almibarado y mansurrón, que predican los curas modositos! Y justo cuando parecía que la batalla la teníais ganada llegó aquella película terrible, aquel insulto a vuestro humanismo sin Dios, aquel chafarrinón de sangre eucarística cayendo sobre vuestro traje de domingo sin misa. Pusisteis entonces a funcionar vuestra máquina de fango sobre aquel australiano integrista y macho; y como el australiano era, además, turbulento y asaltacamas, colérico y borrachuzo, conseguisteis convertirlo en un apestado ante los ojos del mundo, incluidos los ojos de muchos católicos puritanos que han olvidado que Dios se regocija llevando sobre sus hombros a la oveja descarriada que llora y pide perdón por sus pecados. Pero mientras el apestado Gibson era escarnecido y vituperado, mientras caía por los despeñaderos del descrédito y la ignominia, mientras todos los cretinos del planeta arrojaban paletadas de tierra, escándalo y olvido sobre el maldito que había osado proferir tantas blasfemias contra la religión de la corrección política, Dios seguía inspirándolo, alumbrándolo, calcinándolo con su beso de amante y de padre. Y aquí lo tenéis de nuevo, raza de víboras, redimido en la sangre del Cordero y dispuesto a seguir aturdiéndoos con su arte sin parangón, su arte hiriente y montaraz como un látigo de fuego.

Y, además de estrenar película, Mel Gibson anuncia que está preparando una continuación de la Pasión, para celebrar que cree en un Dios que sabe salir de la tumba, y también sacar de ella a los apestados que el mundo entierra. Preparaos, patulea, porque vuelve Gibson, y os va a partir la jeta a pollazos.

:mparto:mparto:mparto:mparto:mparto:mparto
 
Sorel, me parece muy mal que no hayas aparecido todavía en ese hilo en que se está diciendo que STAR WARS es mala porque no saltan los airbags del Halcón Milenario.
 
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Bitches
 
Mel Gibson en estado puro. Hagiografía en toda regla de un individuo insobornable, dispuesto a seguir adelante con sus principios hasta las últimas consecuencias. A ojos de los demás, un iluminado, cobarde, loco, etc. que defiende unas posturas aparentemente absurdas y contradictorias (ir a la guerra sin pegar un tiro), lo cual le acarrea un sinfín de dificultades, pero salvará un gran número de vidas y demostrará enorme valía y heroísmo cuando nadie esperaba nada de él. De igual modo, cuando nadie espera gran cosa de una temática (segunda guerra mundial) agotada en apariencia, de la cual todo parece estar dicho, aparece el amigo Mel de entre las cenizas y nos echa a la cara semejante panfleto, sí... pero de un vigor cinematográfico incuestionable, del que me sobra únicamente un epílogo documental innecesario y anticlimático.

Porque, en efecto, el resultado bordea el kitsch de alto presupuesto, o incluso cae en él. Las escenitas románticas son lo peor, de un empalago digno de Nicholas Sparks (por no hablar de ese “bautismo”, de las constantes cámaras lentas, o del simbolismo “celestial” final). No hay medias tintas, sino todo lo contrario. Cine visceral, en todo momento excesivo, y sin duda, honesto hasta el tuétano. Porque Gibson va a lo suyo sin cortarse un pelo, con una fe y una convicción comparables a las del protagonista; es la película de un hombre solo contra el mundo, que ha ido al infierno y ha regresado, al que todo le da ya igual. Gibson hace cine para convertir al espectador en un creyente, en el testigo de una pasión extrema. Y además entiende los códigos de ese cine épico hollywoodiense, de ese clasicismo con palomitas, como pocos.

Si la épica es, al fin y al cabo, humana, y si está siempre al servicio de algo, más allá del mero espectáculo hueco, aquí está al servicio de una idea que puede ser compartida más, menos o nada, que puede ser más que debatible... pero sin duda es cine inflamado de épica.
 
Yo estaba medio tentado de ir a verla por aquello de lo visceral, Apocalypto tiene un pase, etc ... hasta que vi el trailer el otro día, se apropia de la frase más pornográfica de La lista de Schindler, aquella "dos más, dos más", aquí creo que es "uno más, uno más". Creo que se le ha ido la olla definitivamente.
 
"puedo salvar a 2 más"

"puedo salvar a 1 más"

...

Parecidos razonables quizás?

...

Casualidad?

...

Pornógrafos parecidos?

:sudor:sudor:sudor
 
Yo casi que me voy a esperar a que la vea para que argumente más los pollazos.

Ya la ha visto...

Hoy salía publicada la segunda parte de ese polémico artículo (en la sección de opinión de ABC).

Es mucho más moderado que el anterior, así que el que vaya buscando "pollazos" se llevará una sonora decepción.
 
Sí, la religión es muy importante para el prota, aunque la expresión 'luchar con la biblia' no creo que represente la visión del personaje; y sí, hay alguna cosa gore, pero no me pareció que fuera excesivo...
 
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