Lo de los inmigrantes y su modo de vida, sino se explica bien, es carne de cañón perfecta para la crítica de racista. Yo vivo en Villaverde, y en mi colonia de bloques, veo pisos (de 65 m2) con dos e incluso tres familias conviviendo.
Y en verano, bueno, vale, estás en la puta calle cuando el infierno no se desata sobre la Tierra, pero claro, en cuanto estás dentro de casa, literlamente no tienes escapatoria, y esos dos o tres familias tienen su red social y de trabajo, etc...
Y sí, hay unos problemas grandes en cuanto al tema botellones (chavalada, principialmente de origen español), pero es que la inmigración, sobre todo latinoamericana, monta unas merendolas de aúpa en los parques. Que sí, al aire libre y todo lo que tú quieras, pero están más o menos juntos, jugando al volley ese raro con balón de fútbol y bebiendo... Y siguen bebiendo muchos por la noche...
Y claro, pues todo eso suma.
¿Son todos los casos así? Pues no, evidentemente, pero la generalidad es así. Y hablo sólo de inmigración latinoamericana, que es la mayoritaria en mi barrio, porque en otros barrios del distrito lo que más predomina es inmigración mageebí y subsahariana. Y no sín dos o tres personas las que vivien en pisos pequeños (o muy pequeños).