Ese estudio dice que un obrero medio de hoy puede acceder a una enorme cantidad de bienes y servicios que hacen que su calidad de vida sea bastante superior a la que tuvieron los hombres más ricos de la historia.
El concepto de "calidad de vida" de Sala i Martín está muy alejado del mío (y sospecho que también del de Musa y sus hijos).
Habla de (supuestas) comodidades muy específicas, que en muchos casos no son tal... Y, de nuevo, se queda sólo en lo material.
A pesar de su inmensa y obscena riqueza, Mansa Musa nunca comió pizza o chocolate
¡Acabáramos! Pizza y chocolate; "la piedra angular de todo nutritivo desayuno".
Los tomates ya no saben a nada, pero tenemos comida ultraprocesada a tutiplén para arruinarnos el cuerpo y la salud.
¿El cine comercial de hoy en día? ¿Netflix? ¿Disney? Propaganda embrutecedora en un 90%.
En la corte de Musa había poesía, cuentos y leyendas, danzas y música para amenizar las veladas e inspirar a los que allí se reunían...
nunca pudo tomar una aspirina cuando tenía dolor de cabeza
Yo jamás la tomo, por mucho que me duela la cabeza; debo de ser idiota.
Nunca pudo encender la tele con un mando a distancia cuando llegaba cansado a su palacio
¿La tele? ¿En serio?
ni pudo tirar de la cadena para que el agua se llevara sus deposiciones
Tenían alcantarillado y canalizaciones para las aguas residuales y fecales; no tiraban la mierda a la calle.
ni apretar el interruptor para encender o apagar la luz
Sus ritmos circadianos y su sueño lo agradecen.
En su famoso viaje, tardó varios meses en recorrer a caballo los 5.000 kilómetros que separan Mali de La Meca, un viaje que un avión moderno realiza en unas 6 horas y 34 minutos.
Y así el viaje adquiere importancia y trascendencia: en su transcurso ocurren cosas, y el hombre VIVE... no duerme, como el ciudadano medio en ese avión; con las compañías aéreas tratando al personal como ganado fastidioso, incluso perdiendo tu equipaje... o con los de seguridad metiendo sus pezuñas donde no deben y revolviendo tus cosas (en China, pueden entrar hasta en tu culo).
Los palacios de Mansa Musa no tenían aire acondicionado.
Eso que ganó; más sano era tener a un fulano abanicándole (al menos para él).
Por más que, en la época, Tombuctú era un centro intelectual, sus sabios no tenían acceso a los libros o a los artículos científicos que se desarrollaban en otras universidades.
Mejor, a estrujarse el coco uno mismo. Un montón más de misterios y desafíos por descubrir.
No tenían acceso a Google ni a los periódicos de todo el mundo de manera instantánea y gratuita.
Eso que ganan, pero aun así... ¿Internet y todo lo que conlleva es gratis? ¿Los periódicos digitales no tienen contenido de pago?
Sus hijos no podían jugar con la Playstation, la Wii o el iPad.
Corrían, saltaban, cazaban, peleaban, luchaban a espada, montaban a caballo, montaban concubinas... Pero para este buen hombre tienes más calidad de vida si eres un pringado sedentario que está todo el día sentado en un sillón jugando a videojuegos, viendo la tv. (con mando a distancia) y comiendo pizza y chocolate. NIVELAZO.
Para comunicarse con su colega el sultán An-Nasir de El Cairo, Mansa Musa no tenía WhatsApp, ni Facebook, ni teléfono móvil. Tenía que escribir una carta que era transportada a caballo a través del desierto y que, si los piratas del desierto no la interceptaban, tardaba meses en llegar.
Y eso hacía que cada mensaje fuera un acontecimiento pleno de significado; ahora nos pasamos el día entero perdiendo el tiempo con gilipolleces, haciendo fotos de lo que tenemos delante en vez de disfrutarlo, discutiendo bobadas intrascendentes por wasap con una ortografía horrorosa...
no tenía WhatsApp, ni Facebook, ni teléfono móvil.
La auténtica salud.
Perdón por el off-topic, que el hilo está para otra cosa (especialmente hoy).