A ver... De entrada, aclarar que Olona no me gusta. Es una tia preparada, sabe expresarse y en general, es una buena candidata por popularidad, pero no desprende cercanía, se expresa como un robot, y se limita a repetir una y otra vez las mismas consignas.
Anoche, se enfrentó a cuatro incapaces, y con todo a favor, no estocó como podría haber hecho. Por ejemplo, si en su lugar hubiese estado Espinosa de los Monteros (o Felipe González mismo), los demás debatientes se hubieran ido llorando a casa.
Juanma Moreno, escabulléndose para no cagarla, sin decir NADA, y evitando pronunciarse sobre temas clave como gato panza arriba. Marín, haciendo como que todavía pinta algo cuando sabe sobradamente que sus días en San Telmo terminaron ya. Espadas, acusando a los demás de cosas que su partido (y el mismo), han hecho multiplicadas por mil. Y las dos charos, lo esperado. Demagógicas y faltonas hasta el vómito. Esto es el populismo, niños. El de verdad. A ver si espabilamos.
Con esos mimbres, podía haber sido una masacre, y se quedó en un par de guantazos con la mano abierta. Flojitos. Olona pecó de lo que peca Vox, de callarse la boca ante las mentiras y los mantras de los demás, sin defenderse cuando tiene armas sobradísimas para ello. Apesta a consigna de fajarse de los rifirafes para que no los etiqueten de conflictivos y autoritarios. Que si, es más que obvio que es lo que busca la izquierda, provocarlos para provocar la bronca, pero la solución no es callarse, sino responder con argumentos y educación. Si lo que haces es ignorarlos, y hablar de tu libro, les das credibilidad de cara a ciertas mentes limitadas. Y recordemos que el nivel medio del votante español es gilipollez profunda.
En fin, que visto lo visto, me temo que sucederá lo previsible. Ganará Juanma siendo el más votado, el PSOE dirá que es un partido responsable y podría abstenerse con la pequeña condición de que el PP dinamite todos sus gobiernos autonómicos apoyados por Vox (fruslerías), y VoX se hará el interesante y lo acabará apoyando gratis.
Una pena, pero nos quedan (al menos) otros cuatro años de sostenimiento del sistema clientelar, que es lo que ha funcionado (para el PP). Otra oportunidad perdida de limpiar bajo las alfombras.